miércoles, 14 de diciembre de 2016

Un fin de semana con The Kleejoss Band


Justo un año después de su primera visita a Galicia, una de la bandas nacionales de Rock más en forma nos visitaban con un nuevo disco bajo el brazo. "River Sound Unleashed" sin duda ha marcado un antes y un después en su carrera ya que sin duda es un disco más maduro que sus predecesores, algo que pudimos comprobar en directo a pesar de que todo parecía querer salir mal desde el primer instante del fin de semana.

El viernes llegamos a la Sala Karma ilusionados. Nada más entrar en el local observamos todo dispuesto para un concierto en la pista, con unas alfombras sobre el suelo y dos lámparas creando un ambiente muy especial. Esa magia pronto se convierte en sopresa y susto cuando nos comentan que Luis Kleiser, vocalista y guitarrista de la banda, se había quedado prácticamente sin voz poco antes de llegar a Pontevedra, lo cual hizo plantearse la suspensión del bolo hasta pocos instantes antes de la hora del comienzo.


A eso de las 22:30h The Kleejos Band saltaban a ese peculiar "escenario", y para alivio de todos  Luis comenzaba a cantar, con la voz rasgada pero cada vez más suelto según avanzaba "The Ballad Of The Working Class Man", tema elegido para arrancar su gira gallega, y tras el cual comenzamos poco a poco a ver las caras de alivio de los demás miemros del grupo, que se notaba como se habían quitado un peso de encima hasta el punto en el que la sombra de la cancelación era ya solo un mal recuerdo.


El set había variado mucho en el último año, y personalmente me estaba gustando más, con los temas del nuevo álbum muy bien hilados entre si con los de sus primeros trabajos. Coco, nuevo guitarrista desde hace unos meses nos dejó boquiabiertos con su dominio y elegancia a la guitarra, manejando perfectamente los volúmenes. Su estilo contrastaba con el espectacular modo de hacerlo de Luis, que es un auténtico torbellino a las seis cuerdas. En la base rítmica se nota que Joss y Guille se entienden bien y se divierten tocando, algo más que evidente sobre todo en el batería de la sempiterna sonrisa.


A pesar del esfuerzo que Luis hizo, el set tuvo que ser más reducido de lo planeado, y el concierto acabaría con una soberbia "River Sound Unleashed "... o eso pensaron Coco y Guille, que dejaron el escenario mientras el técnico de la sala ponía a sonar The Limboos dando todo por acabado. Luis sin embargo se vendría arriba con su último aliento para cumplir una petición y dejarse lo que le quedaba de garganta con "Villa Modesta", con la que ahora si se cerraba el concierto.

Al día siguiente la cosa comenzó todavía peor que en Pontevedra. Tras dejar descansar su maltrecha garganta durante todo el día, y una visita al médico que confirmaba una faringitis, Luis se plantó en Salason para una prueba de sonido que no sería capaz de hacer, temiéndonos como el día anterior la suspensión del concierto de Cangas y decidiendo con sentido común cancelar la sesión vermú planeada para el día siguiente en El Patio de Bouzas de Vigo.


Finálmente Luis una vez más saltó al escenario, infiltrado pero con unas enormes ganas de cumplir con la gente que se había acercado a Salason, lugar donde el mismo nos diría que llevaba mucho queriendo tocar (nos demostró que no era palabrería). Esa noche se dejó llevar por la pasión, la rabia y la magia del Rock, que le insuflaron un chute de energía y adrenalina a pesar de su debilidad física y sus evidentes problemas para cantar, una debilidad que el convirtió en fuerza para clavarse un auténtico bolazo de dos horas de Rock de muchos quilates. Se empeñó y lo consiguió.


Evidentemente en él se encarnó la imagen de la superación y la épica, pero nada habría sido posible sin el resto de la banda, que lo mimó y lo cuidó durante todo el fin de semana, y finálmente lo llevó en volandas una vez sobre las tablas. Fue increible ver como se lo pasaron todos encima del escenario una vez que vieron que Luis respondía, y de este modo hicieron un bolo en el que las constantes piques de guitarra entre él y Coco, y la energía que transmitía absolútamente toda la banda, consiguió que el ambiente fuese de fiesta total. Temas tan tralleros y festivos como "No Glam In R'n'R" contrastaban con otros tan épicos como el "I Didn't See The Waterfall" con el que se irían a los bises, para volver a asombrarnos como la noche anterior con el tema que da nombre al disco y volarnos la cabeza con el "Rockin In The Free World" de Neil Young.


Bolazo para el recuerdo por todo lo vivido, y es que el subidón fue tal que se llegaron a replantear lo de la suspensión del día siguiente, evidentemente llevados por la efusividad del momento. Finálmente la lógica se impuso, y por el bien de la salud de Luis el concierto no se hizo, aunque demostraron que su calidad humana esta al nivel de la musical acercandose a pedir disculpas personalmente a El Patio de Bouzas.

Sin duda les ha quedado una cuenta pendiente, volverán porque qse empeñarán en volver y porque la gente sin duda querrá volver a verlos, porque bandas como estas no abundan y demuestran que el rock americano se puede crear también dentro de nuestras fronteras. Por todo ello...

Salud y ¡Rock & Soul & Things!



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martes, 13 de diciembre de 2016

Buenas vibraciones con Indy Tumbita & The Voodoo Bandits


Tras haber podido disfrutar unas semanas antes de un pedacito del bolo de presentación del "Bay Vibrations" de Indy Tumbita en la Sala Karma, os puedo asegurar que las ganas de disfrutar de un concierto entero de los Voodoo Bandits eran enormes... por suerte no me hicieron sufrir mucho y me quité la espinita bien pronto.

A golpe de jueves, festivo para todos, puente para algunos, La Fábrica de Chocolate abría sus puertas al Surf-Rock de la banda del polifacético músico vigués, una banda que aunque lleva ya todo el año tocando por las salas de la zona, ahora tiene la responsabilidad de defender los temas de un disco en el que Indy saca todo su potencial a relucir, y que en directo consigue ponerte los pelos como escarpias con un Rock instrumental de muchos quilates, algo que cada vez más dificil de encontrar.



Arracaron con un clásico sobre clásicos como es el "Hawaii 5.0" de los Ventures, ideal para poner a la gente como una moto desde el primer segundo y a partir de ahí bombardearles con los bestiales temas de su nuevo disco. La banda no es cualquier cosa ni mucho menos... Al bajo, y aunque se intentara esconder tras un antifaz, nos encontramos con Charlie Bass, todo un artista marcando ritmos. A la guitarra rítmica estaba el no menos ilustre Littos de Inerttes, toda una institución en Vigo que nos brindó momentos bestiales en sus duelos a la guitarra con Indy. Detrás de ellos, martilleando en la batería con destreza se encontraba Emilio Iniesta. Si a esto añades sección de viento con un trombón de varas (Borja López) y un saxo (Glen Gibbs) imaginaros como sonaba aquello... ¡Una bendición para las oídos!



El set fue corto, catorce temas, todo un acierto a mi parecer ya que los conciertos de Rock instrumental no creo que deban extenderse más allá de la hora y media pues tienen a hacerse pesados. En esos catorce temas pudimos ver la madurez absoluta que ha encontrado en este disco Indy Tumbita, que ha conseguido que Surf y Rock convivan de la mano en perfecta armonía, convinados siempre con esos sonidos latinos que a el tanto le gustan (eche de menos la trompeta). Momentos como los que vivimos en "La Rosa y el Puñal" o en la mítica "El Duelo" de Pedrito Diablo y los Cadaveras son por esos por los que merece la pena perder unas horas de sueño a golpe de jueves, y es que ver a Indy tocar la guitarra y montar su show sobre el escenario es siempre un placer para los sentidos, puro virtuosismo adornado con espectáculo del bueno.


Con "Rocas Blancas" cerraban el bolo al igual que el disco, sin duda un buen bolo en el que Indy nos presento los temas del que a mi parecer es el mejor trabajo de su extensa y genial carrera, y además puede alardear de haber conseguido rodearse de una auténtica bandaza, que musicalmente aportan mucho y que tienen una estética evidentemente muy estudiada y que mola de cojones. Ya descontamos las horas para disfrutarlos en el Rock Soul Fest 2017.

Salud y ¡Rock & Soul & Things!


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martes, 6 de diciembre de 2016

The Dustaphonics: ¡Dos mejor que una!


Con motivo de la fiesta presentación del concurso "Música Xove '17", en la Sala Capitol nos trajeron a una de nuestras bandas favoritas en lo que acabaría siendo un evento muy especial.

La noche comenzaría con Treme, ganadoras de la edición del 2015 de dicho concurso. El dúo nos deleitó con sus sonidos minimalistas, y tan solo armadas con un cello, una guitarra y la hermosa voz de Su Garrido Pombo, nos dejaron un pequeño set en el que combinaban temas suyos y adaptaciones de poemas y canciones de otros grupos. Exquisito dúo que experimentó con estilos tan diferentes como la Bossa Nova o la música tradicional gallega.


Tras la presentación de Adrián Costa, que habla bien pero al que nosotros preferimos ver a la guitarra, saltaban Dustaphonics, en un principio con Yvan a la guitarra, Dan Whaley al bajo, Eric Frajria a la batería y la inmensa Hayley Red con uno de sus habituales monos negros y unas botas tan largas como su melena pelirroja, una Hayley que nos hizo reir a todos tras observar a la gente de las primeras filas y gritar con evidente cara de sorpresa: "¡Cangas!", y es que efectivamente los habituales "Salasónicos" que ya disfrutaron de esta banda dos veces en la sala canguesa, se desplazaron en masa para verles en la Sala Capitol tan solo un par de meses después de su última visita, hecho que constata lo grande que es esta banda ya que nunca te cansas de verla.














Arrancaron con "Taken From Diddley", tema instrumental que daría paso a "Dearest Darling", donde por fin veríamos saltar al escenario a Aina Roxx, la voz del genial primer LP de la banda "Party Girl", y que por primera vez en la historia de esta gran familia llamada Dustaphonics compartiría tablas con Hayley. Durante todo el concierto pudimos disfrutar observando como se complementaban dos cantantes con estilos muy diferentes, por un lado la sensualidad y la enorme presencia sobre el escenario de Hayley, y por el otro la potente voz y la energía desmesurada de Aina, a la que era la primera vez que veíamos y que demostró ser un auténtico torbellino.


Durante el concierto hicieron un repaso a toda su discografía, con especial atención a su último trabajo "Johnny & Bo", que describe a la perfeccion lo que esta banda ofrece en directo, los ritmos primitivos y trepidantes de Bo Diddley aderezados con la energía sobre las tablas que ofrecían Los Ramones, una convinación que en las cuatro veces que un servidor ha visto a esta banda siempre te asegura fiesta, esté quien esté tocando con Yvan sobre el escenario.


El bolo fue avanzando intercalando temas cantandos por Hayley o por Aina con algunos instrumentales. Quizá el único pero que se puede poner es que a veces se notaba la falta de compentración entre ambas vocalistas, algo normal por otra parte pues era la primera vez que compartían escenario. Temas de su primera etapa como "Jinx" o "Tura Santana" tomaban otra dimensión cantadas por Aina, mientras que el tornado pelirrojo se centraba sobre todo en los del aclamado "Big Smoke London Town".














Uno de los momentos más especiales se vivió cuando subió al escenario Adrían Costa armado con su Gibson SG para clavarse un pedazo Blues y el "Ride On", un auténtico lujo y algo que seguro que será irrepetible. Tras esta agradable sorpresa nos arrasarían con un final de apoteosis en el que tocarían "London Town", "Mojo Yar Bones" y el "Grand Prix" adornado con el ya habitual: "¡DE PUTA MADRE!". Como anécdota quedará para siempre ver sobre el escenario a Hayley y Aina sujetando una pancarta que rezaba "Cangas: de puta madre", y es que esa noche la capital gallega pareció ser invadida por el Morrazo, que copaba las primeras filas de la sala.


La fiesta continuó tras el concierto, y es que creo que ya hemos hablado más de una vez de lo agradables y cercanos que son con toda la gente bajo el escenario. Una noche mágica más con esta banda que sabe entender como pocas el concepto de pasarselo y hacerselo pasar bien a la gente en un concierto, y esperamos que no sea la última... Dustaphonics: ¡DE PUTA MADRE!

Salud y ¡Rock & Soul & Things!


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martes, 29 de noviembre de 2016

Las honestas canciones de Tim Easton inundan Salason


Hacia Salason nos dirigimos emocionados por la visita de uno de esos compositores y cantantes de canciones américanos que carecen de la fama de Bob Dylan, pero cuya música es capaz de emocionarte tanto como la del reciente Premio Nobel de Literatura.

El músico de Nashville visitaba por primera vez Galicia, y para los amantes del Folk Rock esto era sin duda todo un acontecimiento, un concierto imperdible por nada del mundo, y he de reconocer que aún a pesar de las enormes expectativas que creó nos dejó entusiasmados a todos con un concierto sublime.

Acompañado por el batería esquimal James Dommek Jr., saltó al escenario con una camisa de cuadros, unos tejanos y su desgastada Gibson acústica, dejando de primeras esa imagen de músico de la calle, de cantautor de barrio que bien podría pasar desapercibido tocando en cualquier calle de nuestra geografía, algo que sin embargo quedó claro que no era así en cuanto comenzó a tocar su guitarra y a cantar con su rasgada e impresionante voz.


La cosa arrancó suave, con James utilizando las escobillas para acariciar los bombos, todo muy Folk sin lugar a dudas... pero pronto se agarraría a las baquetas y nos soprendería a todos ofreciendo la cara más rockera de los temas de Tim Easton, a los que el batería ayudaba visiblemente a dar un toque de potencia con su contundente modo de tocar, lo cual se complementaba con el derroche de energía que Tim dejaba sobre el escenario, sobre el cual no dejaba de moverse mientras rasgaba las cuerdas de su Gibson, tocaba la armónica y cantaba con visible pasión.

La verdad que el traer un batería de acompañamiento me pareció un enorme acierto, pues hizo que el concierto fuese mucho más divertido y la gente se metiese más en el ambiente festivo que Tim intentaba crear, algo que dejó claro tras la primera parte del bolo, donde ante el silencio respetuoso de la sala nos azuzó recordándonos que "esto es una fiesta", y por supuesto que acabó siéndolo.

El set se centró como era evidente en su último trabajo "American Fork", que contiene temas tan buenos como "Killing Time" o "Elmore Jones", pero como es habitual no se escaparon temas de sus anteriores trabajos como la mítica "Next To You" o una soberbia adaptación del "Five Years" de Bowie que puso los pelos como escarpias a más de uno.


Sabor de boca inmejorable al final del concierto, al que íbamos para ver a uno de los mejores solistas Folk que hay en la actualidad, y nos encontramos un dúo que por momento hizo que el Rock ganase el pulso al propio Folk, con la contundencia de James y la energía sobre las tablas de Tim, un Tim que además nos ganó a todos con su encantadora forma de ser entre temas y al final del bolo. Esperemos que esta fuese la primera de muchas más visitas a Galicia.

Salud y ¡Rock & Soul & Things!



martes, 22 de noviembre de 2016

Batea Fest: El festival que nació de la ilusión de una persona.


De la cabeza de un amante del Rock llamado Cristobal Carballo, miembro de esa "fauna" de la que aquí os solemos hablar y a la que en su día se les denominó como "salasónicos", nació la idea del Batea Fest, un día de celebración precisamente para todos los habituales de la sala canguesa y en general del Rock. Para ello contó con la colaboración de la gente de la propia sala que se volvó desde un inicio, de Gravelroad76, de nosotros mismos y sobre todo de los amigos de Lestrato, consiguiendo así cerrar un cartel que juntaba en una misma noche a Los Brazos, Imperial Jade y Wonderlust Kings... ¡Acojonante!


En un ambiente de fiesta total como se merecía una noche así, arrancaban los vigueses Wonderlust Kings, una joven banda que este mismo año lanzaban su disco debut, un disco homónimo que ha conseguido grandes críticas y les ha llevado a tocar incluso en el Auditorio Mar de Vigo.

Arrancaron con una intro de lo más psicodélico, preludio de un concierto en el que nos presentarían al completo su primer trabajo e incluso algún tema nuevo de regalo. En su set nos encontramos la fusión como principal adjetivo con el que definir su sonido. Sobre la base del Rock clásico y el Blues Rock deciden experimentar con el Funk, el Grunge e incluso el Indie, consiguiendo así un sonido muy personal, algo de agradecer y digno de elogiar en una banda tan joven.

Sin duda aún les queda mucho trabajo por delante para ser la banda que pretenden ser, pero la sensación que nos dejaron fue mejor que buena, pues tienen un gran gusto y hay excelentes mimbres para que la banda crezca, y que duda cabe que habrá que seguirles muy de cerca, pues consiguieron calentar el ambiente frente a un público que lleva años acostumbrado a lo mejor. Fue un inicio perfecto para el Batea Fest.


Llegaba el turno de la banda barcelonesa Imperial Jade, una banda que ya estuvo por nuestra tierra el año pasado y dejó muy buenas sensaciones, tan buenas como las que deja su hasta el momento único álbum "Please Welcome".

Saltaron al escenario y pronto nos hicieron regresar a los '70s con su música y sus psicodélicas camisas. Lo que nos ofrecieron en directo fue exáctamente lo que esperábamos tras pegarle una buena escucha a su disco: Hard Rock puro y duro con evidentes influencias setenteras como Deep Purple o Led Zeppelin (con popurrí de estos últimos incluido) y otras más actuales como Rival Sons, aunque el aroma a ese Hard Rock más melódico de bandas como Whitesnake inundaban una y otra vez los temas de los catalanes.

Los espectaculares piques de guitarras entre Alex y Hugo, la enorme voz del enorme Arnau y la trepidante base rítmica de Ricard y Fran, este útimo que nos dejo un solo de batería al más puro estilo Bonzo, hicieron las delicias de una sala que con ellos enloqueció como solo lo hace en las grandes citas. La verdad que impresiona que una banda tan joven y con tan poco recorido suene tan bien, y lo que nos quedó bien claro es que con ellos ese legado de bandas como las que mencionábamos antes está en muy buenas manos.


Con la sala enloquecida tal y como os contábamos, llegaba el momento de Los Brazos, una banda a la que teníamos muchas ganas tras ese pedazo de cañón que es su último disco "GAS", y os aseguro que en directo el cañón se convierte en un sopapo de Blues Rock en toda tu cara. ¡La que se iba a liar con estos tres sobre las tablas!

Nada más arrancar el sonido crudo de la guitarra de William, el apabullante bajo de Txemi y la contundente batería de Koki iban hacer saltar por los aires la poca cordura que quedaba entre el público. Azuzados por la locura que se desató frente a ellos, este Power Trío de Bilbao se vino arriba y nos brindó dos horas de soberbio Rock, de lo mejorcito que se ha escuchado en los últimos años en la Salason.

Su actitud y energía sobre el escenario te arrollaba por completo, y su conexión y complicidad con la gente fue de las más grandes que he visto en una sala. Nosotros sudábamos y bailábamos abajo y ellos arriba se divertían visiblemente con el espectáculo, a la vez que nos iban lanzando los excelentes temas de su disco como "Randall", "Boogie" o "Say My Name". De verdad que el derroche de los tres fue bestial, y en más de una ocasión vimos a Txemi tocando sobre los hombros de Cristobal, el organizador del evento, en lo que era una perfecta metáfora de lo que este festival significaba, tres bandas elevadas por la admiración de un amante del Rock.

Cualquier cosa más que diga sobre el bolo de Los Brazos estaría de más, pues el éxtasis se apoderó de quien os escribe de tal modo que al igual que el resto de la sala solo pude dejar llevarme por la música de estos tres fenómenos.


Ver al final del festival a las tres bandas juntas sobre el escenario, agradeciendo al público mientras estos aplaudían a rabiar, fue el broche perfecto de una noche que acabaría con las bandas disfrutando de la fiesta abajo con todos nosotros. El festival que se creo de la ilusión de una persona acabó siendo el festival de la ilusión de todos nosotros: del organizador, de los asistentes, de la sala y de las bandas. ¡Exigiremos el Batea Fest 2 a Cristobal!

Salud y ¡Rock & Soul & Things!


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lunes, 14 de noviembre de 2016

Dos estilos y dos generaciones diferentes en el Outono Festival


No podíamos dejar que se pasase otro año más sin caernos por el Outono Festival, y aunque no lo hicimos hasta la última jornada del mismo, sin lugar a dudas mereció la pena. Si por algo se ha caracterizado siempre este festival es por su excelente gusto a la hora de traernos a lo mejor del Blues, el Soul y el Rock a la Sala Capitol, y para esta ocasión nos encontrábamos a una de las grandes sensaciones de los últimos años en cuestión de música de raíces americanas como es Luke Winslow-King, y unas leyendas del Rock europeo que siempre han estado muy influenciadas por la música americana y la psicodelia como son The Pretty Things.

Con una entrada excepcional, y la ya conocida maravillosa acústica de la sala compostelana, arrancaba Luke Winslow y su banda con “I’m Glad Trouble Don’t Last Always”, tema que precisamente da nombre al nuevo disco que nos venían a presentar. En este nuevo trabajo descubrimos a un Luke que ha cogido la senda de un potente Blues eléctrico, quitándole protagonismo a el Folk, el Jazz o el Blues de raíces que hasta ahora le había acompañado y que sin embargo pierde protagonismo en el set del músico de New Orleans.


Sin duda Luke ha endurecido su propuesta, y con músicos como Roberto Luti a su lado el resultado es espectacular. Los mejores momentos de la noche se vivieron con sus duelos de guitarra, que emanaban sonido Southern, al igual que cuando Luke usaba de modo magistral su slide o su armónica. Precisamente Roberto merece mención especial por haber tocado con un aparatoso vendaje que le impedía usar el dedo índice de su mano derecha, lo cual no fue traba para robarle más de un instante de protagonismo al mismísimo Winslow-King.


En definitiva, parece que el cambio más que notable del que os hablábamos en su último disco ha influenciado como es lógico a sus directos, y sin duda nos lo hizo pasar como enanos mostrando su cara más enérgica, una nueva cara que aquí nos gusta, porque aún a pesar de esa evolución no ha perdido ni un ápice de su característica elegancia tanto cantando como tocando la guitarra. Un superclase.

Para cerrar las puertas del Outono Festival hasta 2017 no podían haber elegido mejor banda. The Pretty Things tienen el don de ser unas leyendas que a pesar de su veteranía conservan una gran frescura en sus directos como ya nos mostraron en sus últimas visitas, todo ello gracias al excelente estado de forma de Phil May y Dick Taylor, y a la savia nueva que son desde hace años Jack Greenwood a la batería y George Woosey al bajo.


Comenzaron con garra, mostrándonos su lado más R'n'B con temas como “Honey I Need” y “Mama Keep Big Mouth Shout” en lo que fue sin duda un inicio demoledor, que daría paso a varios temas de su época más psicodélica como la del "S.F. Sorrow", aunque un año más tenemos que lamentar que se olvidasen del magnífico disco que es el "Parachute". El set fue prácticamente el mismo que el que habíamos visto en sus dos últimas visitas a nuestro pais, dejando claro que han encontrado un repertorio que no solo le gusta a la gente, si no que ellos también se encuentran comodos tocandolo.


Uno de los grandes momentos se vivió como de costumbre cuando Dick se agarró a la acútica y comenzo a regalarnos los oídos con Blues del Delta que llevaba la firma de ilustres como Muddy Waters, Willie Dixon, Bo Diddley o Robert Johnson. Sin lugar a dudas el otro gran momento lo vivimos con el solo de batería de más de cuatro minutos de Jack Greenwood. Con "Rosalyn" cerrarían un concierto en el que volvieron a demostrar que están en plena forma, y es que llevamos tres años seguidos viendolos y parece que cada vez están mejor.

La verdad es que salimos con una sonrisa de oreja a oreja de la Capitol, no solo por los dos bolazos que vimos, sino porque The Pretty Things nos dejaron claro que las grande bandas siempre lo serán, y Luke Winslow nos demostró que el futuro del Blues y el Rock está más que asegurado a pesar de lo que muchos piensen ¡Larga vida al Outono Festival!

Salud y ¡Rock & Soul & Things!


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viernes, 11 de noviembre de 2016

¡Bailando como pollos sin cabeza!


Pues he de reconocer que me va a costar hacer una crónica en la que pueda hablar con propiedad de MFC Chicken como banda musicálmente, pues no había acabado el primer tema y ya estaba deseando tirar la cámara y ponerme a bailar como un poseso, y aunque aguanté un rato más el tirón acabe precisamente así, invadido por las ganas de bailar como todo el mundo en Salason, una Salason que fue (nunca mejor dicho) un auténtico gallinero.

La verdad que el ambiente y la expectación a golpe de miércoles era increible, y eso que no abundan este tipo de bandas hoy en día, pero el entusiasmo con el que los amantes del Rock And Roll y el R&B defendían a esta banda y animaban al resto de la gente durante las semanas anteriores, hizo que se registrase una entrada muy buena en la sala canguesa.


En cuanto salió la banda londinese a escena ataviados con sus geniales trajes, en un alarde ejemplar de lo que debe ser cuidar la imagen de una banda, ya la cosa pintaba bien, algo que se confirmó en cuanto sonó por primera vez el saxo tenor de Spencer Evoy, que con su traje, su peinado y sus gafas te hacía recordar inevitablemente a Buddy Holly.


Arrancaron con "Royal We" y fue ya ahí como os contaba cuando a uno le daban ganas de dejarlo todo y ponerse a bailar al ritmo de una banda que no solo era divertida, si no que tocaban de cojones (con perdón). Spencer se lleva el protagonismo por ser la voz y sobre todo porque es una bestia al saxo, hasta tal punto que te distraía totálmente la atención del resto de los músicos, y eso que la banda tiene mucho nivel y no paran de moverse ni un solo instante.


Alberto Zioli a la guitarra tenía un toque de R&B y de Garage increíble, además de cantar en más de un tema. Zig, al bajo, arrasaba por su tremenda presencia tanto tocando las cuatro cuerdas como sobre el escenario, con sus gafas de sol, sus impresionantes zapatos y su manera de moverse en las tablas. Detrás, a las baquetas, Ravi quedaba un poco eclipsado por la fiesta que el resto montaban delante, pero no lo suficiente como para no dejar patente que era un buen batería que manejaba los trepidantes ritmos de la banda con soltura. Por último, Dan Criscuolo (el joven cura) que al principio estaba en su esquinita tan tranquilo a los teclados, se fue poco a poco soltando, primero con las maracas y luego con la guitarra, a la que acabaría agarrado casi todo el concierto mientras tocaba profundamente bien y se dejaba la piel animando a todo ser viviente que estuviese en Salason, tanto bajo el escenario como sobre él.


Realmente podría ponerme a ennumerar canciones porque entre otras cosas tengo una foto del set list... ¡Pero que más da lo que tocasen y en que orden! Lo que hicieron fue poner a bailar a todos les guste más o menos el Rock And Roll cincuentero, dejarse la piel como pocas bandas que han estado por aquí en los últimos años, y todo eso hacerlo sin perder la elegancia, la simpatía y el buen humor.


Entre las lindezas que nos dejaron estaba el observar a Spencer peinandose entre tema y tema, verlo tocando tirado en el suelo de la sala o sobre la barra con Zig y Dan, un Dan que acabaría volando al igual que Alberto, que además acabó fuera de la sala porteado por un grupo de los habituales y simpáticos descerebrados que acuden a Salason. ¡Una auténtica locura de gallinero!


En resumen, estos "pollos" saben lo que se hacen, tocan de la leche y son lo más divertido que te puedes hechar en cara, tocaron hora y media pero pareció media hora por lo bien que lo pasamos. Esperamos que vuelvan pronto de Londres porque ha sido sin duda el concierto más divertido que hemos vivido en mucho tiempo. One chicken, two chicken, three chicken!!

Salud y ¡Rock & Soul & Things!


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lunes, 7 de noviembre de 2016

King Of the North: ¡Reyes del Hard Rock!


Una vez más Salason nos ofrecía un magnífico cierre final para el fin de semana, y es que poder disfrutar de los australianos King Of The North a golpe de domingo es un lujo de propuesta a la que es dificil decir que no.

Amparados por una enorme lona que colgaba al fondo, psicodelica a más no poder, con la batería a la derecha y tres guitarras esperando a la izquierda (una Les Paul y dos SG), todo estaba listo para arrancar y para que toda la artillería de amplis que traían empezaran a darnos bofetones de Hard Rock.


De verdad que nada más arrancar nos volaron la cabeza a todos con la potencia de decibelios y de enrgía que salía del escenario. El nuevo batería Steve Tyssen demostró que no salieron perdiendo con el cambio ni mucho menos. Golpeaba con fuerza y velocidad, un batería demoledor que le pegaba con ambos extremos de la baqueta y llenaba de sonido los temas con aparente facilidad, increiblemente, a pesar del más que evidente derroche de energía que estaba haciendo aún le quedaba aire para hacer los coros... ¡Una bestia parda!


Andrew Higgs por su parte es el guitarrista total. Nos dejó boquiabriertos a todos con su velocidad de digitalición y su espectacularidad, pero era impresionante mirar a sus pies y ver la facilidad con la que usaba una pedalera que parecía la nave espacial que aparece en la portada de su último álbum "Get Out Of Your World". Para añadirle más merito a este pedazo músico hay que decir que tiene voz... ¡Mucha voz!

Precisamente nos presentaron ese último trabajo del que os hablábamos con temas como "Burn" o "The Mountain", pero también hubo lugar para su anterior LP con auténticos pepinazos como "Surrender", "Wanted" o "Just Wanna Rock N Roll", y dos covers que no podían estár mejor elegidos, el "Manic Depression" de Jimi Hendrix, en el que personalmente creo que se vivió el mejor momento de la noche y con el que se irían antes de volver para los bises, y el "Inmigrant Song" de Led Zeppelin, con el que cerrarían un bolo brutal lleno de energía y sudor.


Hard Rock muy potente con aroma a metal y muchos tintes psicodélicos, todo ello muy bien ejecutado por dos músicos soberbios que además supieron tirar muy bien de los loops para que los temas tuviesen más cuerpo y melodía. Todo lo bien que nos habían hablado tras su visita el año pasado quedó confirmado tras verlos en vivo y en directo, una banda más que recomendable, de esas que te dejan paralizado viendoles tocar ¡Brutales!

Salud y ¡Rock & Soul & Things!



domingo, 6 de noviembre de 2016

Camarada Nimoy coge el "Tren con destino a Xúpiter"


Hay crónicas que uno nunca quisiera tener que escribir, y esta es una de ellas... Camarada Nimoy ha sido durante nuestra todavía corta historia una de las bandas que más nos ha hecho sentir y emocionarnos con la música, desde que los conocimos en el Surfing The Lérez 2014 al que fuimos para ver bandas como Sex Museum, Los Coronas, The Dustaphonics o Guerrera, pero de donde salimos alucinando con los sonidos espaciales de una banda que no conocíamos y que resulto ser de Vigo como nosotros.

Desde entonces no hemos dejado de seguirlos todo lo que hemos podido, hasta el punto de llamarlos para ser la banda que abriera nuestro primer Rock Soul Fest, algo de lo que siempre estaremos orgullosos, haber tenido una banda de semejante nivel en nuestro modesto festival.


La noticia de que abandonaban este proyecto, tras dos soberbios LP's a sus espaldas, la recibimos con enorme tristeza a pesar del positivismo del que ellos siempre han rodeado esta decisión, pero la idea de no volver a verlos en directo, ni de escuchar nuevos temas de la banda más especial que nos ha dado la escena gallega en los últimos tiempos, es algo que cuesta mucho asimilar.

Evidentemente no podíamos perdernos esta cita, había que decirles adiós en La Iguana Club, así que cogimos nuestros bártulos y nos plantamos en la sala viguesa, que presentaba al fondo una sábana tapando la mítica iguana que adorna el fondo del escenario, preparada para las habituales proyecciones de la banda.


Al poco de llegar comenzaría el show del peculiar Zan Hoffman, invitado a la fiesta para animar el ambiente con su show "Bodycocktail", un show que desde luego te puede gustar o no, pero no deja indiferente a nadie. Con música electrónica saliendo de su movil, Zan brindó una increible colección de locuras y bailes irreverentes mientras cantaba por toda La Iguana ante el asombro generalizado del público, que acabó cantando a coro con él unos temas que hablaban entre otras cosas de sus adorados horreos. Sin duda un tipo sin complejos.


Sin tiempo para mucho más que acercarse a la barra a pedir algo, saltaban los protagonistas de la noche, y sin mediar palabra (como en ellos es habitual) arrancaban con una intro que serviría de hilo conductor para el primer tema, "Encontros na 4ª fase na Illa de Ons". Como de costumbre su presencia sobre el escenario era brutal con las proyecciones al fondo. Delante y a la izquierda estaba el camarada Paulo como siempre haciendo Surf con una Gibson, que solo soltaba para surfear las ondas electromagnéticas de su Theremin. A la derecha Pablo, siempre impasible, marcaba los ritmos con su bajo, que al igual que Paulo con la guitarra lo soltaba en alguna ocasión, en su caso para tocar el teclado o controlar las proyecciones que el mismo dirigía desde un portatl situado a su izquierda. Por su parte Xoaquin, sentado al fondo tras su batería, se fundía con las imagenes como si de un camaleón se tratase.


Hasta diez temas tocarían con esta formación trío, la que venía defendiendo en los últimos meses su segundo trabajo "Alucinacións Acústicas". "Perdidos na Aurora Polar", "A Ponte de Tacoma" o "Tres minutos no espazo" son algunos de los temas que sonaron durante este primer tramo de concierto.


Para los siguientes dos temas ("As dunas de Samil" y "Un novo día en Vulcano") se subió al escenario Lucas Fernández (Cool Funeral, Best Boy), que a pesar de no haber sido nunca un miembro oficial de la banda es pieza clave en su último trabajo, pues grabó varios temas a la batería, aunque esta noche colaboraría surfeando con una Gibson al igual que Paulo.














Para "Ferrobús" y la bestial "Satélite Disidente" tendríamos la suerte de ver sobre el escenario a la formación original de la banda, la que aquí vimos en aquel Surfing The Lérez 2014 con Diego De Luis a la batería y Gontxu Moinhos como segundo guitarra. Sin duda fue posiblemente el momento más especial de la noche por volver a verlos juntos sobre las tablas, tocando además dos de los temas más míticos de la banda, pertenecientes ambos a su primer LP homónimo.


Para el resto del concierto volvería Xoaquín a coger las baquetas, pero Gontxu seguiría hasta el final, y la verdad que fue una gozada escuchar de nuevo a los Camarada Nimoy con dos guitarras. Tras un par de temas más, tiempo para los bises, los últimos bises... cuatro temas entre los que incluirían un cover del "Cecilia Ann" de los Pixies, que daría paso a "Interferencias no Microondas" y "Teleférico II", que tendría el honor de ser el último tema en directo de Camarada Nimoy.


La música terminó y los cuatro se despidieron al más puro estilo Trekkie, con más de cien personas enloquecidas y agradecidas por estos años de artefacto sonoro, por estos años de viajes a Vulcano frente a un escenario, por dos discos que seguramente estén adelantados a su época pero que todos los hemos disfrutado antes de lo que nos tocaba. Por todo esto y por otros mil motivos diferentes que cada uno tendrá, solo podemos decir gracias y hasta siempre Camarada Nimoy, nos vemos en Vulcano, en Xúpiter o en cualquier rincón del espacio.

Salu y ¡Rock & Soul & Things!