lunes, 20 de octubre de 2014

Reserva Rock: 15 años de lucha bien se merecen una fiesta así.


Esto no va a ser una crónica cómo las habituales, porque este no fué un concierto como los habituales.

Lo vivido durante el sábado 18 de octubre de 2014 fué una celebración y un homenaje por parte de un buen puñado de grandes músicos y amigos, a este lugar que durante tres lustros a unido a amantes del rock de toda la ciudad de Vigo y alrededores.

No era ni el día ni el lugar de ponerse críticos, ni para fijarse concienzudamenete en los músicos, si no para pasar un buen rato disfrutando de buena música en directo y tomandose una cerveza con la gente. Sin duda el objetivo se cumplió con créces.

Nosotros llegamos tarde, entonces lo poco que os podemos contar desde aquí sucedió de las 19:00h en adelante, justo cuando los geniales Booty Sweat se pusieron frente a la enorme lona que preside el local en la pared del fondo, con el nombre del bar en letras gigantes y amarillas. Allí sucedió todo, y lo primero que vivimos no podía ser mejor.

Muchas ganas teníamos de ver a Booty Sweat desde que dejaron a tanta gente enamorada en el reciente festival "Blues no Sil". La verdad que fué la sorpresa mas agradable, blues muy fresco y a la vez potente, con dos portentosos guitarristas como Andrés y Juanma dandole el punto de calidad a los temas, y con unas geniales letras en castellano e incluso gallego, cosa poco habitual en el blues y que particulármente aquí nos encanta.

Muy buena su actuación, que nos brindo sopresas tan peculiares como unas rimas muy sentidas de Seilaesencia o a una vieja conocida de Rock & Soul & Things como es la bailarina Romina Hot Shoes, que ya nos había sorprendido en su momento con The Lákazans, y que en esta ocasión volvió a dejarnos pasmados por la originalidad de incluir sus pasos de claqué a un par de temas de la banda de blues viguesa.


Pero si tenemos que hablar de peculiaridad que mejor que sacar a relucir al siguiente invitado de la fiesta: Joao Tomba.

Para los que no conozcan la historia, Joao era una estrella de rock que murió en una carrera de coches en Samil en el año 1959, y ahora reencarnado en el cuerpo de Indy Tumbita muestra lo que pudo ser y no fué por ese desgraciado accidente automovilístico.

Sin duda el nos dejó el punto de humor en el día. Irreverente, aullando, suplicando y cantando mientras la Orchestra TDK Chrome (un radiocassette) suena mientras el toca la guitarra, canta y actúa, sin duda hay que verlo para creerlo.


Con la aparición del maestro Óscar Avendaño y su banda de profesionales la cosa se serenó, pero el buen rock del quinteto empezó a caldear el bar como era de esperar. A pesar de unos poco importantes problemas de sonido, que son mas que habituales en un evento de este tipo, nos dejaron una soberbia actuación, muy potente, sin sacar a relucír ninguna de las por otra parte buenas baladas rock que posee la formación. Pusieron toda la carne sobre el asador y nos regalaron temas como "Siéntate y mira", "Poster Central", "Perdí mis gafas de sol", el genial "Rajad, rajad malditos" o "La primera en la frente". Solo eché en falta mi debilidad de este grupo, el apoteósico tema "El viento", pero ni eso empañó lo que nos dejaron sobre el suelo de la Reserva. Pasión, rock, talento y complicidad con mayúsculas.


El plato fuerte (a parte del cocido del mediodía), eran The Soul Jacket, y...¡sorpresa!, ¡los voy a alabar una vez mas!

Al igual que todos los grupos, tuvieron que lidiar con una medio batería, con no poder hacer pruebas de sonido, con tener que compartir instrumentos de otros o con el hecho de llevar desde el mediodía de celebración, y aún así lograron ponernos a todos en órbita.

No fué sin lugar a dudas su mejor día musicálmente hablando, pero es que cada vez que los ves te dejan algo nuevo de su constante progresión, como cambiarle el tempo ligeramente a un tema de su futuro disco como es el Moonshine Whiskey Rye, que a mi al menos me sonó mas rápido de lo habitual, o una genialidad como fué la versión que hicieron de su mítico The Revolutionist, que esta al contrario que la anterior, con un ritmo mas lento y por así decirlo con un toque mas sureño, sin batería pero con Mauro haciendo sonar una pandereta, fué auténtico caviar.

Gigante y ya casi poca novedad es ver a Xabi saliéndose al teclado, pero la nota curiosa de la noche fué ver a Jorge peleándose con una Hohner Le Prinz, como la que úsaba Prince en ocasiones, con un estampado de leopardo muy peculiar, y que a muchos (incluido yo) nos engañaba por su parecido a una Telecaster. El caso es que la dominó y nos dejó buenos momentos, en especial un gran solo en Stampeding Cattle, aunque se le notaba de sobra que echaba de menos su Gibson SG.


Esto es todo lo que el cuerpo nos aguantó de la megafiesta bien merecida de un local que 15 años después sigue peleando por mantener vivo el rock en la ciudad olívica, y que se merece por ello todos los homenajes que hagan falta. Esperamos seguir contando y celebrando años con la Reserva Rock a golpe de buena música y buena gente como en esta ocasión

Salúd y ¡Rock & Soul & Things!


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