De nuevo una banda americana era el motivo de acercarnos a Salason, y aunque la noche era lluviosa y fría, un buen puñado de locos por el rock nos juntamos al amparo de la sala de Cangas.
La propuesta era más que atrayente. Cody Beebe & The Crooks son una banda con mucho trabajo detrás, algo que se ha visto reflejado en su segundo trabajo "Out There", que sería la piedra angular de un set list enorme que nos llevaría a las más de dos horas de concierto. ¡Ahí es nada!
Es para mi una maravilla cada vez que me pongo frente a un escenario y veo dos guitarras y un teclado, es una formula que si se trata bien es infalible, y los cinco de Seattle la aplican a la perfección.
Nada más salir a escena llama poderósamente la atención Cody, por su tamaño, su pelo treméndamente largo y rojizo y su maravillosa voz. Sonido elegante y muy compacto desde el primer tema "Hold the line", y poco a poco comenzamos a descubrir que detrás del pelirojo hay una gran banda.
Brian Paxton es pura contundencia a los platos, Eric Miller domina las cuatro cuerdas a la perfección, dejándose notar en más de una ocasión, algo nada facil en una banda con dos guitarras, una potente batería y un espectacular sonido de teclado, perféctamente manejado por Aaron Myers, que fué sin duda de lo que más me gustó durante la noche. No se limitó a ser una pieza de segunda fila, tomaba el protagonismo cuando lo requería y daba profundidad a los temas, ¡incluso se lanzó a tocar la armónica en algún tema!
Pero quien mas llamó mi atención y creo que la de casi todos, fué Skyler Mehal, soberbio a la guitarra, con un exquisito gusto y talento para plasmarlo sobre las seis cuerdas de su Gibson. Una auténtica delicia, que nos llevó a momentos de mucho nivel en sus incesables duelos con Cody. ¡Maravillosos ambos!
Como toda banda de southern o roots rock, hubo momentos para alguna balada, pero hasta en eso marcaron la diferencia, y es que al contrario que muchas otras bandas, sus temas lentos acababan por norma en un toma y daca de guitarras de muchos quilates.
Tras un despliegue físico memorable, y varios bises que irremediablemente tuvieron que hacer para contentar a la enloquecida gente de las primeras filas, se marcharon dejándonos algún cover para el recuerdo como el "Sunshine of your love" de Cream o el "Voodoo Child" de Jimi Hendrix entre otros. Hay que tenerlos muy bien puestos para atreverse con una de Jimi.
Me quedo con el sabor de haber visto a una banda muy completa, muy bien engrasada, y con un brillante futuro por delante. Sin duda mucho mejor en directo que en el por otra parte genial álbum de estudio. Nos quedamos con ganas de que vuelvan pronto.
Salúd y ¡Rock & Soul & Things!
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