Justo un año después de su primera visita a Galicia, una de la bandas nacionales de Rock más en forma nos visitaban con un nuevo disco bajo el brazo. "River Sound Unleashed" sin duda ha marcado un antes y un después en su carrera ya que sin duda es un disco más maduro que sus predecesores, algo que pudimos comprobar en directo a pesar de que todo parecía querer salir mal desde el primer instante del fin de semana.
El viernes llegamos a la Sala Karma ilusionados. Nada más entrar en el local observamos todo dispuesto para un concierto en la pista, con unas alfombras sobre el suelo y dos lámparas creando un ambiente muy especial. Esa magia pronto se convierte en sopresa y susto cuando nos comentan que Luis Kleiser, vocalista y guitarrista de la banda, se había quedado prácticamente sin voz poco antes de llegar a Pontevedra, lo cual hizo plantearse la suspensión del bolo hasta pocos instantes antes de la hora del comienzo.
A eso de las 22:30h The Kleejos Band saltaban a ese peculiar "escenario", y para alivio de todos Luis comenzaba a cantar, con la voz rasgada pero cada vez más suelto según avanzaba "The Ballad Of The Working Class Man", tema elegido para arrancar su gira gallega, y tras el cual comenzamos poco a poco a ver las caras de alivio de los demás miemros del grupo, que se notaba como se habían quitado un peso de encima hasta el punto en el que la sombra de la cancelación era ya solo un mal recuerdo.
El set había variado mucho en el último año, y personalmente me estaba gustando más, con los temas del nuevo álbum muy bien hilados entre si con los de sus primeros trabajos. Coco, nuevo guitarrista desde hace unos meses nos dejó boquiabiertos con su dominio y elegancia a la guitarra, manejando perfectamente los volúmenes. Su estilo contrastaba con el espectacular modo de hacerlo de Luis, que es un auténtico torbellino a las seis cuerdas. En la base rítmica se nota que Joss y Guille se entienden bien y se divierten tocando, algo más que evidente sobre todo en el batería de la sempiterna sonrisa.
A pesar del esfuerzo que Luis hizo, el set tuvo que ser más reducido de lo planeado, y el concierto acabaría con una soberbia "River Sound Unleashed "... o eso pensaron Coco y Guille, que dejaron el escenario mientras el técnico de la sala ponía a sonar The Limboos dando todo por acabado. Luis sin embargo se vendría arriba con su último aliento para cumplir una petición y dejarse lo que le quedaba de garganta con "Villa Modesta", con la que ahora si se cerraba el concierto.
Al día siguiente la cosa comenzó todavía peor que en Pontevedra. Tras dejar descansar su maltrecha garganta durante todo el día, y una visita al médico que confirmaba una faringitis, Luis se plantó en Salason para una prueba de sonido que no sería capaz de hacer, temiéndonos como el día anterior la suspensión del concierto de Cangas y decidiendo con sentido común cancelar la sesión vermú planeada para el día siguiente en El Patio de Bouzas de Vigo.
Finálmente Luis una vez más saltó al escenario, infiltrado pero con unas enormes ganas de cumplir con la gente que se había acercado a Salason, lugar donde el mismo nos diría que llevaba mucho queriendo tocar (nos demostró que no era palabrería). Esa noche se dejó llevar por la pasión, la rabia y la magia del Rock, que le insuflaron un chute de energía y adrenalina a pesar de su debilidad física y sus evidentes problemas para cantar, una debilidad que el convirtió en fuerza para clavarse un auténtico bolazo de dos horas de Rock de muchos quilates. Se empeñó y lo consiguió.
Evidentemente en él se encarnó la imagen de la superación y la épica, pero nada habría sido posible sin el resto de la banda, que lo mimó y lo cuidó durante todo el fin de semana, y finálmente lo llevó en volandas una vez sobre las tablas. Fue increible ver como se lo pasaron todos encima del escenario una vez que vieron que Luis respondía, y de este modo hicieron un bolo en el que las constantes piques de guitarra entre él y Coco, y la energía que transmitía absolútamente toda la banda, consiguió que el ambiente fuese de fiesta total. Temas tan tralleros y festivos como "No Glam In R'n'R" contrastaban con otros tan épicos como el "I Didn't See The Waterfall" con el que se irían a los bises, para volver a asombrarnos como la noche anterior con el tema que da nombre al disco y volarnos la cabeza con el "Rockin In The Free World" de Neil Young.
Bolazo para el recuerdo por todo lo vivido, y es que el subidón fue tal que se llegaron a replantear lo de la suspensión del día siguiente, evidentemente llevados por la efusividad del momento. Finálmente la lógica se impuso, y por el bien de la salud de Luis el concierto no se hizo, aunque demostraron que su calidad humana esta al nivel de la musical acercandose a pedir disculpas personalmente a El Patio de Bouzas.
Sin duda les ha quedado una cuenta pendiente, volverán porque qse empeñarán en volver y porque la gente sin duda querrá volver a verlos, porque bandas como estas no abundan y demuestran que el rock americano se puede crear también dentro de nuestras fronteras. Por todo ello...
Salud y ¡Rock & Soul & Things!
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