En esta ocasión la banda nos llegaba mas del norte de lo habitual, concretamente de Puyallup, una ciudad del estado de Washington, que está a poco mas de 30 minutos de Seattle, aunque lo que nos ofrecerían no iba a ser grunge, si no southern rock puro y duro, como salido del mismísimo estado de Arkansas.
Tras una especie de presentación/monólogo que nos ofrecieron Berto Roros y Galys Thebuckmunster, saltaban los cuatro componentes de la banda ante un público al que se le notaban las ganas de fiesta en el cuerpo.
Comenzaron fuerte, con "Son of the mountain" y "Sugar in the raw", dos temas de su primer trabajo "Revival Rock". Durante estos primeros temas, Jeff combinaba el micro con la armónica, y fué con este formato con el que mas me gustó el sonido de la banda.
Ya en "A Reckoning is comming", tema que da nombre a su segundo álbum, apareció la otra guitarra en las manos de Jeff, y aunque eso a priori les sirvió para dar un sonido mas crudo a los temas, creo que la armónica les daba un toque especial que a mi personalmente me gustaba mas.
El concierto al contrario que en la mayoría de ocasiones no se centró muy descaradamente en su último trabajo, si no que combinaron bien temas de uno y otro, de modo que iban cayendo algunos del primero como "Ready to go", "Come Clean", "Rocket Ride" o "Mercy Love", con otros del segundo como "Get some love", "For the last time", "Breathe Rebel" o "Birthday Cake", donde hicieron pasar un mal rato sobre el escenario a una asidua "Salasónica" que cumplía años ese día.
Me gustaría resaltar a Jack, que a los mandos de su Gibson Thunderbird nos dió un auténtico recital de como tocar una guitarra, sin duda era la pieza que le daba el subidón de nivel a una banda muy correcta, pero en la que el guitarrista destacaba por encima de los demás. Me gustó mucho también Jeremy al bajo, sabiendose mover por el escenario, y a Jimmy en la batería y a Jeff, tal vez les faltaron unas cuantas revoluciones de más. Me parecieron como reza el nombre de la banda un tanto "dulces" en su modo de tocar.
En definitiva, buena banda, con un guitarrista soberbio, pero que al menos en esta ocasión le faltó engancharse al público en momentos determinados del concierto, ya que te daban una de cal y una de arena, combinando temas que ponían a todos a brincar con otros que enfriaban un poco el ambiente. Aún así la noche acabo, como empieza a ser preocupantemente normal, con invasión de escenario. Salason it´s different.
Salúd y ¡Rock & Soul & Things!
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