Siempre que me pongo delante del teclado para escribir una crónica lo hago desde el punto de vista de enamorado de la música y desde el profundo respeto y admiración que siento por los músicos...pero hoy...hoy me siento hasta pequeño frente al portatil, como si no fuera quien para escribir sobre lo que vivimos la noche del 26 de abril de 2015 con un chico que ha sido el mayor derroche de talento que un servidor ha tenido enfrente.
Tras haber escuchado 10 segundos de un tema suyo ya sabía que este concierto no me lo perdía pasase lo que pasase, pero en cuanto comenzó a sonar en directo pisoteó lo que el mismo ha grabado ofreciéndonos un despliegue de virtuosismo, de encanto, de buen gusto y de saber estar a pesar de su juventud. Muchos músicos he visto con egos y actitudes altivas que no le llegan ni a la suela de los zapatos a este chaval, que a pesar de su grandeza no dejó de sonreir, de divertirse, de involucrar a su excepcional banda en vez de intentar taparla y de interactuar con el público ganándose no solo el respeto como músico si no la simpatía como persona.
Como si de una reencarnación de Stevie Ray Vaugham se tratase, nos dió un recital de blues, pero muy fresco, cosa a la que hay que reconocer que contribuyen mas de lo que parece sus dos compañeros Roger Inniss y Miri Miettinen.
Roger se ganó a un servidor sin subir al escenario. Solo con ver el genial bajo de seis cuerdas que iba a utilizar dejó claro el calibre de lo que iba a hacer...no nos defraudó. Su soberbio modo de marcar los ritmos y su absoluta y simpática complicidad con Laurence hicieron que aún al lado de semejante guitarrista todos nos asombráramos con su saber hacer al bajo.
Mas dificil lo tenía para llamar la atención Miri al fondo del escenario. Con estos dos delante empujandose, retándose y ofreciendo espectáculo, quizás no muchos se dieron cuenta del magnífico batería que tuvimos delante. Reálmente hizo cosas muy buenas allí atras, manejando los tambores con un sutil virtuosismo y elegancia mientras Laurence se embarcaba en un solo, y elevando las revoluciones cuando el tema volvía a su cauce. ¡Un grande!
En cuanto al set list poco puedo decir. Nos dejó de lo mejorcito de cada disco. "What's it gonna be", "Good morning blues", "Thunder in the sky", "Soul swamp river" o "Fall from the sky", pero también nos regalo alguna versión que consiguió poner los pelos de punta como la de "All along the watchtower" que nada tenía que envidiar a la del mismísimo Hendrix o el "Bullfrog blues" de Rory Gallagher con el cual cerraría el concierto tras dos horas de blues de un nivel brutal.
Al final te quedas con una de esas sonrisas de embobao que te duran una semana, recordando lo vivido y lo dificil que es poder ver talento puro como el de este chico tan cerquita de ti. Llegará lejos, lo esta haciendo de hecho...y si el mundo es algo justo pronto estará llenando estadios y los que estuvimos esa noche de domingo en Salason podremos decir: "yo lo vi tocar a un palmo de mi por solo 10 euros".
Salúd y ¡Rock & Soul & Things!
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