viernes, 3 de abril de 2015

Radio Moscow: la esencia de Jimi Hendrix sobre el escenario de Salason


He ulilizado palabras mayores en el título de esta crónica, y seguro que mas de uno se este tirando de los pelos diciendo que vaya burrada ha dicho este...pero sin duda la esencia de ese blues rock psicodélico con el cual Hendrix impactó al mundo entero, se apareció anoche ante las 150 personas que llenaban la sala canguesa.

Quizá diga mucho eso de que hay fechas señaladas en rojo en el calendario, pero es que la gente de Salason nos esta malacostumbrando a lo bueno, y esta era una de esas citas que un buen amante del rock no se podía perder.

El despliegue técnico que había sobre el escenario para este power-trío metía miedo, y una vez que empezo a sonar la Stratocaster de Parker Griggs se notó que el dinero gastado en el equipo fué muy bien invertido.














Desde el primer tema nos volaron la cabeza, comenzando muy arriba, y no bajarian el nivel durante todo el concierto. El set-list como era de esperar se centró en su último trabajo "Magical Dirt", pero no se dejaron atrás temas que se podrían considerar clásicos modernos como "Broke Down", de su disco "Brain Cycles", su mejor obra hasta el momento para un servidor.

Con una sección rítmica muy contundente formada por Anthony Meier, que portaba un precioso bajo Rickenbacker 4001 rojo y Paul Marrone, que tapado tras su enorme batería Ludwig, nos ofreció un auténtico despliegue de fuerza y ritmo a los tambores.














No hay duda de que la mayor atracción de esta banda son los espectaculares solos de Parker. Me encantan los guitarristas fieles a sus seis cuerdas, y más si esas cuerdas son las de una Strato. El lo fué, al menos mientras le duraban enteras, pues rompió dos durante el concierto, en lo que es una clara demostración de la intensidad con la que toca este genial guitarrista.

El magnífico dominio de todos los aspectos de su guitarra, acariciando el mastil como si no tuviese dificultad, jugando con el reverb y manejando los pedales con autética sutileza , hacen que se merezca ser elevado a la categoría de gigante de la guitarra. ¡Un recital!

Quizá el único pero, por decir algo, es que estuvieron un tanto estáticos durante todo el concierto, Anthony no se movió de su baldosa en ningún momento, y por momentos si que se echaba en falta esa conexión que otras bandas consiguen con el público, aunque lo compensaron con creces con el torrente musical que nos brindaron a todos los presentes.










En definitiva, pocas veces se ve un concierto tan intenso, sin altibajos, siempre arriba y con un nivel técnico tan asombroso, y lo más importante, sin dejar momento para la monotonía ni el aburrimiento, pues nos dejaron momentos de rock, psicodelia, blues, stoner y hasta punk. Estabamos enamorados de ellos gracias a sus discos, pero tras ver su directo los adoraremos por siempre jamás por devolvernos a los 70's mas salvajes.

Salúd y ¡Rock & Soul & Things!



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