Por segundo año nos embarcamos en el maravilloso reto de hacer una fiesta para celebrar el excelente momento del rock gallego, y una vez más la gente nos dió la razón cuando insistimos una y otra vez en que no hay que salir de Galicia para encontrar talento y rock and roll.
Todavía con el Sol apretando fuerte fuera de Salason, y las pruebas de sonido comenzando en su interior, Diego Beer y un servidor nos tuvimos que apresurar a colgar el cartel de no hay billetes, algo que en la primera edición ya había ocurrido y que hacía presagiar que una vez más ibamos a vivir una noche inolvidable.
A las 21:30h arrancaba un evento en el que desde el primer instante se respiró buen ambiente y fiesta...¡mucha fiesta! Rockin' Gina & The Sentinels llegaban desde Tomiño con la intención de poner a bailar a todos...¡y vaya si lo consiguieron! Su puesta en escena era sencillamente fantástica, y musicalmente están a un nivel inmenso, mostrándonos que el nuevo disco que presentaban esa misma noche lo habían grabado en un momento dulce. Lamentablemente no pudieron hacer el show completo que ofreceran en la gira de presentación de dicho disco, pero en la hora de concierto que pudimos disfrutar, comprobamos como los temas de su primer trabajo y del último conviven en plena armonía, transportándote desde los pies del escenario a los mismísimos años '50.
Tras la lección de rockabilly de la banda de Tomiño llegaba el momento de algo más fuerte. Los Pontiaks vienen sonando fuerte en su escaso año de vida, y el motivo pronto lo descubrirían todos los allí presentes. Sin duda fue la banda que más sorprendió a todos, y no solo por su elaborada puesta en escena. A sus habituales mascaras cadavericas y cascos de la primera guerra mundial, han sumado unos elegantes smokings que usan desde que presentaron su segundo disco "Hooba Dooba!!"
Desde luego que con semejante imagen ya te impactan, pero en cuanto el contrabajo de Óscar comienza a retumbar, la batería de Billy inicia su incesable groove y Andrelo comienza a sacar todo el potencial que tiene su preciosa Gretsch, acabas invadido por su poderoso y enérgico Hot Rock'N'Roll, que consiguió que comenzasen los primeros vuelos de la noche entre el público. ¡Sencillamente arrasadores Los Pontiaks!
Con Los Hound Dogs nuevamente regresamos a los años '50 y a poner el modo bailón al máximo (sobre todo alguno que acabó por hacer hasta el spagat). Al igual que con Gina la estética acompañaba a la música cogidita de la mano, algo que a mi me parece realmente importante, y a pesar de la dificultad de bajar revoluciones tras lo vivido con Los Pontiaks, ellos demostraron que de tablas van sobrados, y con esa clase que te recordaba a mitos como Elvis o Johnny Cash se fueron haciendo poco a poco con el público, hasta poner a las 150 personas que abarrotaban la sala a bailar con el increible ritmo que salía del escenario. Sin duda todos los presentes nos fuimos de allí con la sensación de haber visto a una de las mejores bandas de rockabilly que hay en el panorama nacional, un auténtico lujo que dejó un poso en nuestros oídos que tardará mucho en abandonarnos.
Con The Hellbuckers no había dudas...siempre que vienen consiguen exaltar al personal como ninguna banda hace en Salason. Podría ennumerar al menos veinte bandas de reconocido nivel internacional que no han conseguido despertar tantas sensaciones como ellos despiertan cada vez que visitan Cangas. Tienen algo...y ese algo crece cada vez que vuelven. El enorme carisma y talento que tienen Cudi, Chewis y Marcos solo se ve ensombrecido por el torrente de voz y personalidad que es Carla de Figueredo sobre las tablas de un escenario, un vendaval que consigue emocionarte una y otra vez aunque cante una canción que ya has escuchado veinte veces en directo. Pudimos descubrir algunos de los temas que formaran parte de su primer LP con temas propios...¡y la que se nos viene encima! Que acabaran la fiesta con el "Ace Of Spades" de Motorhead fue la puntilla final a una fiesta que no podía haber salido mejor y que acabó, como no, con invasión de escenario.
Este año se ha confirmado que se puede disfrutar al máximo y llenar una sala con bandas gallegas, y si todos ponemos un poco de empeño en indagar y escuchar a esas bandas locales de las que oímos hablar, no hará falta juntar a cuatro en una sola noche para llenar una sala. Vivimos una época dorada del rock gallego, ojala nunca acabe, pero por si acaso no dejéis de acudir a las salas y de apoyar esta escena tan maravillosa que nos ha tocado vivir. Nosotros seguiremos a lo nuestro...¡nos vemos en 2017 en una nueva edición!
Salúd y ¡Rock & Soul & Things!
VIDEOS BY JOSE ARAGUNDE (NEXUS VIDEOWORKS)
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