Las noches de domingo en Salason van camino de convertirse en legendarias. Si aquí mismo os contabamos noches tan mágicas como las vividas con The Pretty Things, The Dustaphonics o Laurence Jones como modo atípico pero espectacular de cerrar la semana, The Muggs no se quedaron atrás y nos ofrecieron una noche que quedará en nuestra memoria para siempre en lo que sin lugar a dudas fué uno de los conciertos mas potentes y enérgicos que un servidor ha vivido.
A los mas veteranos del lugar no les pilló por sorpresa semejante espectáculo, pues esta era ya la tercera vez que la banda de Detroit visitaba la sala canguesa en los últimos años, y no solo no defraudaron, si no que dieron el que para la mayoría de los que vivieron las tres fechas en Cangas el mejor de los conciertos de este fantástico power trio en Salason.
Nada mas arrancar ya nos dieron un sopapo de hard blues rock con la potente "Slow Curve", en lo que tan solo sería el inicio de las aproximadamente dos horas de concierto en las que no hubo bajón alguno de intensidad, siempre al límite de revoluciones y decibelios, haciendo que las cabezas del público no dejaran de agitarse ni un solo instante.
Impecables los tres durante toda la noche, Tony tuvo la siempre dificil tarea en un trio de suplir al bajo, que no se echa para nada en falta en The Muggs gracias a él. Danny estuvo soberbio a las seis cuerdas, dando espectáculo y dejándonos momentos de guitarrista de nivel top, aunque creo que en esta ocasión tanto uno como otro quedaron un tanto eclipsados por la impresionante exhibición de Todd a la batería. Potencia, ritmo, espectáculo y energia unidos de un modo que creo que toda la sala era unánime a la hora de dirigir las alabanzas hacia él. ¡Que barbaridad!
Tras dejarnos temas ya míticos como "I Take What I Want" o "6 To Midnite", comenzaron a presentarnos su reciente disco "Straight Up Boogaloo", dejándonos temas que suenan como una auténtico cañón. ¡No pierden fuelle con el paso de los años!
Con la gente ya desbocada, volando por los aires y brincando como si no hubiese mañana, la banda nos dejó un puñado de temas ya clásicos como el genial "Said & Done", en un final de concierto en el que tanto banda como público se fundieron en uno solo, y donde ni el bochorno ni el sudor hicieron que la fiesta perdiese ni un ápice de la intensidad y de la fuerza que caracterizó a esta noche, en la que The Muggs se ha colocado sin duda entre una de nuestras bandas favoritas por derecho propio. Esperaremos ansiosos su cuarta visita mientras nos conformamos revisando en nuestra mente los recuerdos de una noche inolvidable.
Salúd y ¡Rock & Soul & Things!
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