Muchos años habían pasado ya desde que Adrián Costa iba impartiendo clases de blues con Los Reyes del K.O., demasiados diría yo... Por eso aprovechamos su primera visita a las Rías Baixas con su nuevo proyecto The Criers para deleitarnos de nuevo con el músico compostelano y su excepcional banda.
La Sala Karma se convirtió durante dos horas en un lugar donde alimentar todos y cada uno de nuestros sentidos, pues bajo la etiqueta del soul se escondían tantos estilos y tantos matices, que hacían que cada tema fuese un verdadero manjar para los oídos de quienes estabamos frente al escenario de la sala pontevedresa.
El concierto comenzó a lo grande, con dos temas de su álbum debut, un álbum que desde aquí recomendamos encarecidamente. "Be Cool" y "Broken Watches" hacían que ya mereciese la pena el viaje y la entrada al segundo tema. A partir de ahí, y siguiendo evidentemente con el disco como principal protagonista, nos fueron dejando perlas como el tema inédito "When You Blue" o una soberbia adaptación del "Manic Depression" de Jimi Hendrix (que seguro que a más de uno le puso los pelos como escarpias) y del "Don't Bring Me Down" de la Electric Light Orchestra con el que la gente enloqueció. A partir de ese momento tanto el público como la banda estaban entonadísimos, y temas como "Sexercise", "I'm Yours" o "Don't Take My Coconuts" nos dejaron momentos imborrables a todos los presentes.
Tras el bis vivimos el momento más emotivo del concierto, cuando se soltó a cantar la ranchera "La Feria de Las Flores" antes de acabar en plan apoteósico con temas como "Funtion At The Junction", donde acabó por soltar la guitarra, soltarse a bailar o tirarse sobre el escenario. ¡Una locura!
Quiero destacar la enorme calidad de todos y cada uno de los miembros de la banda, auténticos superclase que consiguen un sonido tan compacto que te deja boquiabierto. Como decía al principio se presupone que The Criers es una banda de soul, pero el funk, el blues, el reggae e incluso los sonidos latinos inundan las creaciones de Adrián Costa de tal modo que convierten el concierto en una de las experiencias musicales más completas que un servidor haya visto. Un lujo que no deberiais dejar de ver si tenéis ocasión. Nosotros repetiremos seguro.
Salúd y ¡Rock & Soul & Things!
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