martes, 29 de noviembre de 2016

Las honestas canciones de Tim Easton inundan Salason


Hacia Salason nos dirigimos emocionados por la visita de uno de esos compositores y cantantes de canciones américanos que carecen de la fama de Bob Dylan, pero cuya música es capaz de emocionarte tanto como la del reciente Premio Nobel de Literatura.

El músico de Nashville visitaba por primera vez Galicia, y para los amantes del Folk Rock esto era sin duda todo un acontecimiento, un concierto imperdible por nada del mundo, y he de reconocer que aún a pesar de las enormes expectativas que creó nos dejó entusiasmados a todos con un concierto sublime.

Acompañado por el batería esquimal James Dommek Jr., saltó al escenario con una camisa de cuadros, unos tejanos y su desgastada Gibson acústica, dejando de primeras esa imagen de músico de la calle, de cantautor de barrio que bien podría pasar desapercibido tocando en cualquier calle de nuestra geografía, algo que sin embargo quedó claro que no era así en cuanto comenzó a tocar su guitarra y a cantar con su rasgada e impresionante voz.


La cosa arrancó suave, con James utilizando las escobillas para acariciar los bombos, todo muy Folk sin lugar a dudas... pero pronto se agarraría a las baquetas y nos soprendería a todos ofreciendo la cara más rockera de los temas de Tim Easton, a los que el batería ayudaba visiblemente a dar un toque de potencia con su contundente modo de tocar, lo cual se complementaba con el derroche de energía que Tim dejaba sobre el escenario, sobre el cual no dejaba de moverse mientras rasgaba las cuerdas de su Gibson, tocaba la armónica y cantaba con visible pasión.

La verdad que el traer un batería de acompañamiento me pareció un enorme acierto, pues hizo que el concierto fuese mucho más divertido y la gente se metiese más en el ambiente festivo que Tim intentaba crear, algo que dejó claro tras la primera parte del bolo, donde ante el silencio respetuoso de la sala nos azuzó recordándonos que "esto es una fiesta", y por supuesto que acabó siéndolo.

El set se centró como era evidente en su último trabajo "American Fork", que contiene temas tan buenos como "Killing Time" o "Elmore Jones", pero como es habitual no se escaparon temas de sus anteriores trabajos como la mítica "Next To You" o una soberbia adaptación del "Five Years" de Bowie que puso los pelos como escarpias a más de uno.


Sabor de boca inmejorable al final del concierto, al que íbamos para ver a uno de los mejores solistas Folk que hay en la actualidad, y nos encontramos un dúo que por momento hizo que el Rock ganase el pulso al propio Folk, con la contundencia de James y la energía sobre las tablas de Tim, un Tim que además nos ganó a todos con su encantadora forma de ser entre temas y al final del bolo. Esperemos que esta fuese la primera de muchas más visitas a Galicia.

Salud y ¡Rock & Soul & Things!



martes, 22 de noviembre de 2016

Batea Fest: El festival que nació de la ilusión de una persona.


De la cabeza de un amante del Rock llamado Cristobal Carballo, miembro de esa "fauna" de la que aquí os solemos hablar y a la que en su día se les denominó como "salasónicos", nació la idea del Batea Fest, un día de celebración precisamente para todos los habituales de la sala canguesa y en general del Rock. Para ello contó con la colaboración de la gente de la propia sala que se volvó desde un inicio, de Gravelroad76, de nosotros mismos y sobre todo de los amigos de Lestrato, consiguiendo así cerrar un cartel que juntaba en una misma noche a Los Brazos, Imperial Jade y Wonderlust Kings... ¡Acojonante!


En un ambiente de fiesta total como se merecía una noche así, arrancaban los vigueses Wonderlust Kings, una joven banda que este mismo año lanzaban su disco debut, un disco homónimo que ha conseguido grandes críticas y les ha llevado a tocar incluso en el Auditorio Mar de Vigo.

Arrancaron con una intro de lo más psicodélico, preludio de un concierto en el que nos presentarían al completo su primer trabajo e incluso algún tema nuevo de regalo. En su set nos encontramos la fusión como principal adjetivo con el que definir su sonido. Sobre la base del Rock clásico y el Blues Rock deciden experimentar con el Funk, el Grunge e incluso el Indie, consiguiendo así un sonido muy personal, algo de agradecer y digno de elogiar en una banda tan joven.

Sin duda aún les queda mucho trabajo por delante para ser la banda que pretenden ser, pero la sensación que nos dejaron fue mejor que buena, pues tienen un gran gusto y hay excelentes mimbres para que la banda crezca, y que duda cabe que habrá que seguirles muy de cerca, pues consiguieron calentar el ambiente frente a un público que lleva años acostumbrado a lo mejor. Fue un inicio perfecto para el Batea Fest.


Llegaba el turno de la banda barcelonesa Imperial Jade, una banda que ya estuvo por nuestra tierra el año pasado y dejó muy buenas sensaciones, tan buenas como las que deja su hasta el momento único álbum "Please Welcome".

Saltaron al escenario y pronto nos hicieron regresar a los '70s con su música y sus psicodélicas camisas. Lo que nos ofrecieron en directo fue exáctamente lo que esperábamos tras pegarle una buena escucha a su disco: Hard Rock puro y duro con evidentes influencias setenteras como Deep Purple o Led Zeppelin (con popurrí de estos últimos incluido) y otras más actuales como Rival Sons, aunque el aroma a ese Hard Rock más melódico de bandas como Whitesnake inundaban una y otra vez los temas de los catalanes.

Los espectaculares piques de guitarras entre Alex y Hugo, la enorme voz del enorme Arnau y la trepidante base rítmica de Ricard y Fran, este útimo que nos dejo un solo de batería al más puro estilo Bonzo, hicieron las delicias de una sala que con ellos enloqueció como solo lo hace en las grandes citas. La verdad que impresiona que una banda tan joven y con tan poco recorido suene tan bien, y lo que nos quedó bien claro es que con ellos ese legado de bandas como las que mencionábamos antes está en muy buenas manos.


Con la sala enloquecida tal y como os contábamos, llegaba el momento de Los Brazos, una banda a la que teníamos muchas ganas tras ese pedazo de cañón que es su último disco "GAS", y os aseguro que en directo el cañón se convierte en un sopapo de Blues Rock en toda tu cara. ¡La que se iba a liar con estos tres sobre las tablas!

Nada más arrancar el sonido crudo de la guitarra de William, el apabullante bajo de Txemi y la contundente batería de Koki iban hacer saltar por los aires la poca cordura que quedaba entre el público. Azuzados por la locura que se desató frente a ellos, este Power Trío de Bilbao se vino arriba y nos brindó dos horas de soberbio Rock, de lo mejorcito que se ha escuchado en los últimos años en la Salason.

Su actitud y energía sobre el escenario te arrollaba por completo, y su conexión y complicidad con la gente fue de las más grandes que he visto en una sala. Nosotros sudábamos y bailábamos abajo y ellos arriba se divertían visiblemente con el espectáculo, a la vez que nos iban lanzando los excelentes temas de su disco como "Randall", "Boogie" o "Say My Name". De verdad que el derroche de los tres fue bestial, y en más de una ocasión vimos a Txemi tocando sobre los hombros de Cristobal, el organizador del evento, en lo que era una perfecta metáfora de lo que este festival significaba, tres bandas elevadas por la admiración de un amante del Rock.

Cualquier cosa más que diga sobre el bolo de Los Brazos estaría de más, pues el éxtasis se apoderó de quien os escribe de tal modo que al igual que el resto de la sala solo pude dejar llevarme por la música de estos tres fenómenos.


Ver al final del festival a las tres bandas juntas sobre el escenario, agradeciendo al público mientras estos aplaudían a rabiar, fue el broche perfecto de una noche que acabaría con las bandas disfrutando de la fiesta abajo con todos nosotros. El festival que se creo de la ilusión de una persona acabó siendo el festival de la ilusión de todos nosotros: del organizador, de los asistentes, de la sala y de las bandas. ¡Exigiremos el Batea Fest 2 a Cristobal!

Salud y ¡Rock & Soul & Things!


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lunes, 14 de noviembre de 2016

Dos estilos y dos generaciones diferentes en el Outono Festival


No podíamos dejar que se pasase otro año más sin caernos por el Outono Festival, y aunque no lo hicimos hasta la última jornada del mismo, sin lugar a dudas mereció la pena. Si por algo se ha caracterizado siempre este festival es por su excelente gusto a la hora de traernos a lo mejor del Blues, el Soul y el Rock a la Sala Capitol, y para esta ocasión nos encontrábamos a una de las grandes sensaciones de los últimos años en cuestión de música de raíces americanas como es Luke Winslow-King, y unas leyendas del Rock europeo que siempre han estado muy influenciadas por la música americana y la psicodelia como son The Pretty Things.

Con una entrada excepcional, y la ya conocida maravillosa acústica de la sala compostelana, arrancaba Luke Winslow y su banda con “I’m Glad Trouble Don’t Last Always”, tema que precisamente da nombre al nuevo disco que nos venían a presentar. En este nuevo trabajo descubrimos a un Luke que ha cogido la senda de un potente Blues eléctrico, quitándole protagonismo a el Folk, el Jazz o el Blues de raíces que hasta ahora le había acompañado y que sin embargo pierde protagonismo en el set del músico de New Orleans.


Sin duda Luke ha endurecido su propuesta, y con músicos como Roberto Luti a su lado el resultado es espectacular. Los mejores momentos de la noche se vivieron con sus duelos de guitarra, que emanaban sonido Southern, al igual que cuando Luke usaba de modo magistral su slide o su armónica. Precisamente Roberto merece mención especial por haber tocado con un aparatoso vendaje que le impedía usar el dedo índice de su mano derecha, lo cual no fue traba para robarle más de un instante de protagonismo al mismísimo Winslow-King.


En definitiva, parece que el cambio más que notable del que os hablábamos en su último disco ha influenciado como es lógico a sus directos, y sin duda nos lo hizo pasar como enanos mostrando su cara más enérgica, una nueva cara que aquí nos gusta, porque aún a pesar de esa evolución no ha perdido ni un ápice de su característica elegancia tanto cantando como tocando la guitarra. Un superclase.

Para cerrar las puertas del Outono Festival hasta 2017 no podían haber elegido mejor banda. The Pretty Things tienen el don de ser unas leyendas que a pesar de su veteranía conservan una gran frescura en sus directos como ya nos mostraron en sus últimas visitas, todo ello gracias al excelente estado de forma de Phil May y Dick Taylor, y a la savia nueva que son desde hace años Jack Greenwood a la batería y George Woosey al bajo.


Comenzaron con garra, mostrándonos su lado más R'n'B con temas como “Honey I Need” y “Mama Keep Big Mouth Shout” en lo que fue sin duda un inicio demoledor, que daría paso a varios temas de su época más psicodélica como la del "S.F. Sorrow", aunque un año más tenemos que lamentar que se olvidasen del magnífico disco que es el "Parachute". El set fue prácticamente el mismo que el que habíamos visto en sus dos últimas visitas a nuestro pais, dejando claro que han encontrado un repertorio que no solo le gusta a la gente, si no que ellos también se encuentran comodos tocandolo.


Uno de los grandes momentos se vivió como de costumbre cuando Dick se agarró a la acútica y comenzo a regalarnos los oídos con Blues del Delta que llevaba la firma de ilustres como Muddy Waters, Willie Dixon, Bo Diddley o Robert Johnson. Sin lugar a dudas el otro gran momento lo vivimos con el solo de batería de más de cuatro minutos de Jack Greenwood. Con "Rosalyn" cerrarían un concierto en el que volvieron a demostrar que están en plena forma, y es que llevamos tres años seguidos viendolos y parece que cada vez están mejor.

La verdad es que salimos con una sonrisa de oreja a oreja de la Capitol, no solo por los dos bolazos que vimos, sino porque The Pretty Things nos dejaron claro que las grande bandas siempre lo serán, y Luke Winslow nos demostró que el futuro del Blues y el Rock está más que asegurado a pesar de lo que muchos piensen ¡Larga vida al Outono Festival!

Salud y ¡Rock & Soul & Things!


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viernes, 11 de noviembre de 2016

¡Bailando como pollos sin cabeza!


Pues he de reconocer que me va a costar hacer una crónica en la que pueda hablar con propiedad de MFC Chicken como banda musicálmente, pues no había acabado el primer tema y ya estaba deseando tirar la cámara y ponerme a bailar como un poseso, y aunque aguanté un rato más el tirón acabe precisamente así, invadido por las ganas de bailar como todo el mundo en Salason, una Salason que fue (nunca mejor dicho) un auténtico gallinero.

La verdad que el ambiente y la expectación a golpe de miércoles era increible, y eso que no abundan este tipo de bandas hoy en día, pero el entusiasmo con el que los amantes del Rock And Roll y el R&B defendían a esta banda y animaban al resto de la gente durante las semanas anteriores, hizo que se registrase una entrada muy buena en la sala canguesa.


En cuanto salió la banda londinese a escena ataviados con sus geniales trajes, en un alarde ejemplar de lo que debe ser cuidar la imagen de una banda, ya la cosa pintaba bien, algo que se confirmó en cuanto sonó por primera vez el saxo tenor de Spencer Evoy, que con su traje, su peinado y sus gafas te hacía recordar inevitablemente a Buddy Holly.


Arrancaron con "Royal We" y fue ya ahí como os contaba cuando a uno le daban ganas de dejarlo todo y ponerse a bailar al ritmo de una banda que no solo era divertida, si no que tocaban de cojones (con perdón). Spencer se lleva el protagonismo por ser la voz y sobre todo porque es una bestia al saxo, hasta tal punto que te distraía totálmente la atención del resto de los músicos, y eso que la banda tiene mucho nivel y no paran de moverse ni un solo instante.


Alberto Zioli a la guitarra tenía un toque de R&B y de Garage increíble, además de cantar en más de un tema. Zig, al bajo, arrasaba por su tremenda presencia tanto tocando las cuatro cuerdas como sobre el escenario, con sus gafas de sol, sus impresionantes zapatos y su manera de moverse en las tablas. Detrás, a las baquetas, Ravi quedaba un poco eclipsado por la fiesta que el resto montaban delante, pero no lo suficiente como para no dejar patente que era un buen batería que manejaba los trepidantes ritmos de la banda con soltura. Por último, Dan Criscuolo (el joven cura) que al principio estaba en su esquinita tan tranquilo a los teclados, se fue poco a poco soltando, primero con las maracas y luego con la guitarra, a la que acabaría agarrado casi todo el concierto mientras tocaba profundamente bien y se dejaba la piel animando a todo ser viviente que estuviese en Salason, tanto bajo el escenario como sobre él.


Realmente podría ponerme a ennumerar canciones porque entre otras cosas tengo una foto del set list... ¡Pero que más da lo que tocasen y en que orden! Lo que hicieron fue poner a bailar a todos les guste más o menos el Rock And Roll cincuentero, dejarse la piel como pocas bandas que han estado por aquí en los últimos años, y todo eso hacerlo sin perder la elegancia, la simpatía y el buen humor.


Entre las lindezas que nos dejaron estaba el observar a Spencer peinandose entre tema y tema, verlo tocando tirado en el suelo de la sala o sobre la barra con Zig y Dan, un Dan que acabaría volando al igual que Alberto, que además acabó fuera de la sala porteado por un grupo de los habituales y simpáticos descerebrados que acuden a Salason. ¡Una auténtica locura de gallinero!


En resumen, estos "pollos" saben lo que se hacen, tocan de la leche y son lo más divertido que te puedes hechar en cara, tocaron hora y media pero pareció media hora por lo bien que lo pasamos. Esperamos que vuelvan pronto de Londres porque ha sido sin duda el concierto más divertido que hemos vivido en mucho tiempo. One chicken, two chicken, three chicken!!

Salud y ¡Rock & Soul & Things!


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lunes, 7 de noviembre de 2016

King Of the North: ¡Reyes del Hard Rock!


Una vez más Salason nos ofrecía un magnífico cierre final para el fin de semana, y es que poder disfrutar de los australianos King Of The North a golpe de domingo es un lujo de propuesta a la que es dificil decir que no.

Amparados por una enorme lona que colgaba al fondo, psicodelica a más no poder, con la batería a la derecha y tres guitarras esperando a la izquierda (una Les Paul y dos SG), todo estaba listo para arrancar y para que toda la artillería de amplis que traían empezaran a darnos bofetones de Hard Rock.


De verdad que nada más arrancar nos volaron la cabeza a todos con la potencia de decibelios y de enrgía que salía del escenario. El nuevo batería Steve Tyssen demostró que no salieron perdiendo con el cambio ni mucho menos. Golpeaba con fuerza y velocidad, un batería demoledor que le pegaba con ambos extremos de la baqueta y llenaba de sonido los temas con aparente facilidad, increiblemente, a pesar del más que evidente derroche de energía que estaba haciendo aún le quedaba aire para hacer los coros... ¡Una bestia parda!


Andrew Higgs por su parte es el guitarrista total. Nos dejó boquiabriertos a todos con su velocidad de digitalición y su espectacularidad, pero era impresionante mirar a sus pies y ver la facilidad con la que usaba una pedalera que parecía la nave espacial que aparece en la portada de su último álbum "Get Out Of Your World". Para añadirle más merito a este pedazo músico hay que decir que tiene voz... ¡Mucha voz!

Precisamente nos presentaron ese último trabajo del que os hablábamos con temas como "Burn" o "The Mountain", pero también hubo lugar para su anterior LP con auténticos pepinazos como "Surrender", "Wanted" o "Just Wanna Rock N Roll", y dos covers que no podían estár mejor elegidos, el "Manic Depression" de Jimi Hendrix, en el que personalmente creo que se vivió el mejor momento de la noche y con el que se irían antes de volver para los bises, y el "Inmigrant Song" de Led Zeppelin, con el que cerrarían un bolo brutal lleno de energía y sudor.


Hard Rock muy potente con aroma a metal y muchos tintes psicodélicos, todo ello muy bien ejecutado por dos músicos soberbios que además supieron tirar muy bien de los loops para que los temas tuviesen más cuerpo y melodía. Todo lo bien que nos habían hablado tras su visita el año pasado quedó confirmado tras verlos en vivo y en directo, una banda más que recomendable, de esas que te dejan paralizado viendoles tocar ¡Brutales!

Salud y ¡Rock & Soul & Things!



domingo, 6 de noviembre de 2016

Camarada Nimoy coge el "Tren con destino a Xúpiter"


Hay crónicas que uno nunca quisiera tener que escribir, y esta es una de ellas... Camarada Nimoy ha sido durante nuestra todavía corta historia una de las bandas que más nos ha hecho sentir y emocionarnos con la música, desde que los conocimos en el Surfing The Lérez 2014 al que fuimos para ver bandas como Sex Museum, Los Coronas, The Dustaphonics o Guerrera, pero de donde salimos alucinando con los sonidos espaciales de una banda que no conocíamos y que resulto ser de Vigo como nosotros.

Desde entonces no hemos dejado de seguirlos todo lo que hemos podido, hasta el punto de llamarlos para ser la banda que abriera nuestro primer Rock Soul Fest, algo de lo que siempre estaremos orgullosos, haber tenido una banda de semejante nivel en nuestro modesto festival.


La noticia de que abandonaban este proyecto, tras dos soberbios LP's a sus espaldas, la recibimos con enorme tristeza a pesar del positivismo del que ellos siempre han rodeado esta decisión, pero la idea de no volver a verlos en directo, ni de escuchar nuevos temas de la banda más especial que nos ha dado la escena gallega en los últimos tiempos, es algo que cuesta mucho asimilar.

Evidentemente no podíamos perdernos esta cita, había que decirles adiós en La Iguana Club, así que cogimos nuestros bártulos y nos plantamos en la sala viguesa, que presentaba al fondo una sábana tapando la mítica iguana que adorna el fondo del escenario, preparada para las habituales proyecciones de la banda.


Al poco de llegar comenzaría el show del peculiar Zan Hoffman, invitado a la fiesta para animar el ambiente con su show "Bodycocktail", un show que desde luego te puede gustar o no, pero no deja indiferente a nadie. Con música electrónica saliendo de su movil, Zan brindó una increible colección de locuras y bailes irreverentes mientras cantaba por toda La Iguana ante el asombro generalizado del público, que acabó cantando a coro con él unos temas que hablaban entre otras cosas de sus adorados horreos. Sin duda un tipo sin complejos.


Sin tiempo para mucho más que acercarse a la barra a pedir algo, saltaban los protagonistas de la noche, y sin mediar palabra (como en ellos es habitual) arrancaban con una intro que serviría de hilo conductor para el primer tema, "Encontros na 4ª fase na Illa de Ons". Como de costumbre su presencia sobre el escenario era brutal con las proyecciones al fondo. Delante y a la izquierda estaba el camarada Paulo como siempre haciendo Surf con una Gibson, que solo soltaba para surfear las ondas electromagnéticas de su Theremin. A la derecha Pablo, siempre impasible, marcaba los ritmos con su bajo, que al igual que Paulo con la guitarra lo soltaba en alguna ocasión, en su caso para tocar el teclado o controlar las proyecciones que el mismo dirigía desde un portatl situado a su izquierda. Por su parte Xoaquin, sentado al fondo tras su batería, se fundía con las imagenes como si de un camaleón se tratase.


Hasta diez temas tocarían con esta formación trío, la que venía defendiendo en los últimos meses su segundo trabajo "Alucinacións Acústicas". "Perdidos na Aurora Polar", "A Ponte de Tacoma" o "Tres minutos no espazo" son algunos de los temas que sonaron durante este primer tramo de concierto.


Para los siguientes dos temas ("As dunas de Samil" y "Un novo día en Vulcano") se subió al escenario Lucas Fernández (Cool Funeral, Best Boy), que a pesar de no haber sido nunca un miembro oficial de la banda es pieza clave en su último trabajo, pues grabó varios temas a la batería, aunque esta noche colaboraría surfeando con una Gibson al igual que Paulo.














Para "Ferrobús" y la bestial "Satélite Disidente" tendríamos la suerte de ver sobre el escenario a la formación original de la banda, la que aquí vimos en aquel Surfing The Lérez 2014 con Diego De Luis a la batería y Gontxu Moinhos como segundo guitarra. Sin duda fue posiblemente el momento más especial de la noche por volver a verlos juntos sobre las tablas, tocando además dos de los temas más míticos de la banda, pertenecientes ambos a su primer LP homónimo.


Para el resto del concierto volvería Xoaquín a coger las baquetas, pero Gontxu seguiría hasta el final, y la verdad que fue una gozada escuchar de nuevo a los Camarada Nimoy con dos guitarras. Tras un par de temas más, tiempo para los bises, los últimos bises... cuatro temas entre los que incluirían un cover del "Cecilia Ann" de los Pixies, que daría paso a "Interferencias no Microondas" y "Teleférico II", que tendría el honor de ser el último tema en directo de Camarada Nimoy.


La música terminó y los cuatro se despidieron al más puro estilo Trekkie, con más de cien personas enloquecidas y agradecidas por estos años de artefacto sonoro, por estos años de viajes a Vulcano frente a un escenario, por dos discos que seguramente estén adelantados a su época pero que todos los hemos disfrutado antes de lo que nos tocaba. Por todo esto y por otros mil motivos diferentes que cada uno tendrá, solo podemos decir gracias y hasta siempre Camarada Nimoy, nos vemos en Vulcano, en Xúpiter o en cualquier rincón del espacio.

Salu y ¡Rock & Soul & Things!



jueves, 3 de noviembre de 2016

Crow Black Chicken nos apabullan con su Blues Rock


Con el recuerdo todavía bastante fresco por el bolazo que nos brindaron en el Fer Fest hacía poco menos de un año, nos fuimos a Salason a golpe de domingo para volver a disfrutar de este auténtico power-trio de Blues Rock irlandes llamado Crow Black Chicken.

Sobre las tablas lo mismo que el año pasado, dos buenos amplis, una bonita batería, dos pedaleras que parecían naves espaciales y cinco guitarras y un bajo preparados para ser tocados. ¡Muy bien tocados!

Saltaron al escenario y pronto nos recordaron el porque de la impaciencia por volver a verlos, el sonido que estos tres músicos consiguen en directo es una auténtica bomba, casi parece imposible que sean solo tres, pero realmente no les hace falta más.


El concepto es sencillo pero a la vez está llevado de un modo tan bueno que se hacen destacar por encima de la mayoría de bandas que hacen Blues Rock hoy en día. Por un lado está Gev Barrett a la batería, marcando unos ritmos sencillos, sin excesivos alardes pero con soltura, no es un virtuoso pero es un batería más que correcto. A las cuatro cuerdas Steven McGrath me parece uno de los bajistas más espectaculares que han pasado por aquí en los últimos años. Su bajo por momentos parece una guitarra con esas distorsiones que hace y esos ritmos que en ocasiones son casi melodías. A todo esto hay que sumar que es puro espectáculo sobre las tablas, algo que aquí siempre agradecemos.


Por su parte Christy O'Hanlon es el buque insignia. Nada más verlo sobre el escenario, con su espesa barba, su cara de bonachón y una espalda que es más ancha que Castilla ya te impacta, pero cuando ves sus enormes dedos moverse con semejante soltura sobre las cuerdas de sus guitarras... ¡te deja absolutamente anonadado! Él pone el Blues a una banda en la que la base rítmica bien podría ser de Stoner o Rock Psicodélico, pero su manera de puntear y de usar el slide hace que el Blues gane la partida en el sonido de estos tres irlandeses. Nos dejó solos verdaderamente memorables, y si, uso de nuevo las cinco guitarras.

Nos presentaron los temas de su recién grabado "Pariah Brothers", y demostraron que tienen cuerda para rato, no han perdido frescura en este nuevo trabajo, y haciendo temas con tanta influencia del Blues eso es dificil de conseguir, porque en el Blues está todo inventado.


Le comentaba durante el bolo a un buen amigo que en la crónica iba a poner simplemente que "son la hostia", y sinceramente así podría haber sido. Su música, salvo un par de temas más rockeros, no es la más adecuada para poner a una sala en éxtasis, pero son tan buenos que lo consiguieron. A golpe de domingo Salason acabo por ser un gallinero, e incluso Steven acabo sobrevolando la sala mientras intentaba seguir tocando su bajo.

Esperamos que al igual que en esta ocasión no tenga que pasar ni un año para volver a verlos por aquí, ya nos parecían una de las mejores bandas europeas del momento y lo han confirmado con su segunda visita. ¡Estaremos en la tercera!

Salud y ¡Rock & Soul & Things!



miércoles, 2 de noviembre de 2016

Stacie Collins inunda Salason de energía.


El ambiente de gran noche en Salason se palpaba nada más llegar a su puerta apenas media hora antes del inicio del concierto, Stacie había dejado huella en la sala de Cangas y eso se notaba. Con prácticamente todo el papel vendido por anticipado, una enorme pancarta con su nombre al fondo del escenario presidía el local mientras la gente iba llegando, todo estaba listo para dar comienzo ¡Esto prometía!

Como era de preveer la banda saltó al escenario sola, y unos instantes después aparecía la genial Stacie Collins, con su habitual sombrero de vaquera y sus botas altas, al más puro estilo cowboy. Arrancaron con "Lost & Found", primer single de "Roll The Dice", el álbum que nos venían a presentar y en el que Stacie sigue brindándonos altas raciones de Roadhouse Rock´n´Roll, Chicago Blues y Honky -Tonk-Twang.


A pesar de ser la gira de presentación de este disco, no centró ni mucho menos el concierto en este álbum, calleron temas como "King Of Rock" o "It's Over", pero nos dejó muchos de los clásicos temas que inundan su dilatada discografía, como son "Tied To You", "Hey Mister" o "Baby Sister", auténticos himnos que volvieron del revés las cabezas de los presentes, y pusieron a bailar hasta al más tranquilo del lugar. También nos sorprendió con dos covers, uno de los Rolling Stones y otro de ACDC.


La banda que le acompaña es muy buena. Ryan McCormick es un batería contundente, le pega duro y además de su buen hacer con las baquetas también cantó, muy bien además. A las seis cuerdas Jon Sudbury se mostró como un guitarrista dotado de mucho talento y sobriedad, y a los mandos de su Stratocaster nos dejó solos de mucho nivel y una gran complicidad con la propia Stacie y con Al Collins, que fue para mi el más destacado a las cuatro cuerdas. Su modo de tocar, de marcar ritmos trepidantes, y de ofrecer espectáculo fue impresionante, gran desgaste de un bajista brutal que dejó a todos boquiabiertos.


En cuanto a Stacie... ¿que decir? Un auténtico torbellino de mujer. Tanto cantando, como bailando, animando, o en su faceta más destacada para mi, a la armónica, dónde conseguía darle el toque verdaderamente especial a esta banda, que creo que perdía fuelle en los temas en los que precisamente la armónica no entraba en escena. Es de agradecer ver que una música tan afamada y con tantos años de carrera a sus espaldas se lo pasa tan bien sobre un escenario, y que se anime a bajar de él para irse a cantar encima de la barra y también compartir un momento con el público a su alrededor, con el que no dejó de interactuar incluso encima del escenario. Una verdadera showwoman.


Tras lo que fueron unas dos horas de concierto High Energy, aún tuvimos el placer de verla como una más por toda la sala, hablando con todos y divirtiendose como una más, parece una tontería, pero esos detalles tan naturales en ella se agradecen porque no son tan habituales en muchos músicos. al final, lo más importante es que fue un gran concierto de una gran banda, banda que esperamos que vuelva porque asegura mucho Rock y diversión.

Salud y ¡Rock & Soul & Things!