lunes, 6 de marzo de 2017

Caramuxo Vermello nos transporta a un Jazz Club de los años '40.


Que dificil es hoy en día encontrarse un espectáculo musical que te llame la atención no solo por lo exageradamente original que es, sino también por el talento musical que conlleva.

El verano pasado llegué a la segunda jornada del Morrasound Rock Festival a media tarde, y nada más entrar en el recinto, lo que sonaba al fondo, en el escenario grande, me llamó poderósamente la atención. Solo pude ver poco más de quince minutos del concierto, pero un nombre me quedó grabado para siempre: Caramuxo Vermello.


Más de medio año después, por fin se me presentó la oportunidad de ver ese espectáculo al completo. El Caramushow, que así se llama este particular proyecto, llegaba además a nuestra sala fetiche Salason, y por nada del mundo podía faltar para ver el inicio de lo que en su día solo pude ver acabar.


Antes de nada he de comentaros que el espectáculo en cuestión es una especie de regresión a un club de Jazz de los años '40, donde la banda se ve metida en una historia de gangsters que va sucediendo mientras la música te va transportando a través de ella como hilo conductor ¡Una pasada!


En el pre-concierto ya puedes observar a un personaje enfundado en una gabardina y con un sombrero y unas gafas de sol deanvulando por la sala, con un vaso en la mano va generando inquietud y curiosidad poco a poco en la gente, mientras, frente al escenario, observamos una mesa reservada con dos sillas vacias, y sobre ella una botella de whisky mediada con dos vasos y un periódico.


Tras una intro en la que una voz en off nos introduce en la historia, arranca la música... ¡Y que música! El Rythm & Free, como ellos mismos definen acertádamente su estilo, es verdaderamente un manjar para los oídos, en el que los estilos fluyen con total libertad pero con un gusto y una ejecución exquisitos.


Ya de primeras te enganchan con el fantástico sonido del saxo y ese piano rojo que destaca sobre el escenario. Ambos te llaman la atención en lo que es un inicio tranquilo que va llendo a más, pero poco a poco degustas una sección rítmica que destila Jazz por los cuatro costados, y a cada extremo del escenario seis cuerdas, a la izquierda un guitarrista que rezuma Rith & Blues, y a la derecha un torbellino que por momentos desata el Blues Rock sobre las tablas de Salason. ¿Vaya cocktail verdad?


Con este arsenal sobre el escenario os aseguro que no necesitarían más que la música para conquistarte. Durante el bolo paladeamos sobre todo Jazz y R&B, con momentazos en los que el sonido de New Orleans te inunda la cabeza y pone en movimiento tus pies.


Pero lo bueno de estos músicos es que dieron una vuelta de tuerca a este excepcional sonido que han conseguido, añadiento para mayor diversión una trama de gangsters que te hace sentirte por momentos en una obra de teatro. No vamos a destripar la historia, para eso tendréis que ir a verlos en directo, pero solo os diré que un maletín desatará unos acontecimientos que dejarán ese club de Jazz ficticio patas arriba, y la situación pondrá en peligro a unos músicos que interactúan con varios personajes externos que cuando menos te lo esperes aprecerán entre el público.


De verdad que como os decía al principio me parece más que recomendable no solo por la originalidad de la propuesta, sino por lo que aquí siempre nos ocupa, el aspecto puramente musical, donde estos seis artistas nos demostraron estar a un nivel descomunal. Sin duda mucho talento y mucho trabajo detras de Caramuxo Vermello. Buena música, una intrigante historía, risas y mucha diversión ¡No dejéis que os lo tengan que contar!

Salud y ¡Rock & Soul & Things!



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