lunes, 13 de abril de 2015

Rock Soul Fest: la fiesta del rock y las emociones.



Muchas vueltas le he dado a la cabeza antes de ponerme frente al teclado sobre la forma en la que debía tratar esta crónica que para un servidor es tan especial.

Siempre que voy a un concierto me preocupo de conseguir el set-list, de recordar las canciones, las letras, los solos... Hoy podría poneros fotos de todos los set-list, enmumeraros tema por tema lo que sucedió en los cinco conciertos y no sería una buena crónica, pues lo que vivimos el 11 de abril en Salason fueron sentimientos, pasión y muchas emociones... y es que al final resulta que eso es la música.










El Rock Soul Fest fué la fiesta en la que logramos demostrar que el rock gallego es excepcional, que mueve gente si a las bandas se les da la oportunidad de hacerlo, y es que llenar una sala solo con bandas de aquí a muchos les parecerá complicadísimo, pero os aseguro que no nos costó tanto esfuerzo como pueda parece.










El Rock Soul Fest fué la fiesta donde los músicos difrutaron encima del escenario y frente a el. La fiesta donde los niños bailaban en primera fila como adultos y los adultos volaban por el aire como niños. La fiesta donde los que llevan miles de conciertos a sus espaldas disfrutaron como si fuese el primero y los que fueron por primera vez sintieron la música como el mayor amante del rock. Pero sin duda fué el éxito de cinco bandas muy distintas, que consiguieron crearnos emociones parecidas por vías bien diferentes.










Camarada Nimoy abrió en una sala que demostraba ya un genial aspecto a pesar de lo temprano de la hora. Nos transmitieron sin duda el entusiasmo que tienen en este momento con la inminente salida de su nuevo disco, y su "surf espacial" venido del mismísimo Vulcano sorprendió a mas de uno que no los conocía.  Un concierto emotivo para ellos porque era además el último de Paulo y Pablo junto al camarada Diego a la batería.










Con Óscar Avendaño y los Especialistas estabamos un poco a la expectativa de ver como nos sorprenderían con una formación inédita, en la que el maestro Avendaño y don Andrés Cunha estaban acompañados por Kino (Transilvanians) a las baquetas y la genial (y maratoniana) Laura Solla a las seis cuerdas. Nos dieron rock and roll sin aditivos, con unas letras que muy pocos son capaces de componer hoy en día y una energía que puso la sala a hervir. Nos regalaron además un par de temas del que será su próximo disco y que desde luego pinta mejor que bien.










Con The Hellbuckers está comprobadísimo que en Salason se desata la locura y no fué menos en esta ocasión. Carla, Chewis, Cudi y Marcos tienen el don de sacar el lado más pasional del público, y las revoluciones alcanzaron el tope con su soul & rock trepidante y agresivo, que con la poderosa voz y presencia de su maravillosa vocalista, nos llevo uno a uno a un delirio colectivo en el que la gente empezó a volar por los aires y a subir al escenario a bailar invitados por la mismísima banda. Acabar el concierto con "Whole lotta Rosie" y "Rock and Roll" habla muy a las claras de como fué su paso por el Rock Soul Fest.














A Querido Extraño se podría decir que le tocó una dificil papeleta, pues salír tras semejante torbellino no es facil, pero cuando se tienen tantas tablas, una personálidad tan marcada, un estilo tan único y dos acompañantes como Laura Solla y Nico Lisergyc al lado, la cosa solo puede salir bien. Acabó poniendo a todos a cantar sus particulares letras, y le cedió el honor de tocar la guitarra en "Rey rana" a un buen  amigo y colaborador de Rocksoulthings como es Manuel Parada. ¡Genial!














Lo que parecía que iba a ser una noche larga se pasó tan rápido que cuando nos quisimos dar cuenta Pardo ya estaba sobre el escenario con sus inseparables Miguel al contrabajo y Adrián a la batería. En ese momento todo el mundo pareció pararse y quedarse boquiabierto ante la magnitud del espectáculo que teníamos enfrente. Música pura, sin aditivos, con una perfección y un gusto tan exquisitos que solo recordarla para escribir sobre ella me vuelve a poner los pelos de punta. Un espectáculo musical que derrochó además buen humor, y que hizo que el tiempo que los tuvimos enfrente tocando se nos escapase entre los dedos como si de arena se tratase. Sin duda un broche final único.










Reálmente creo que todas estas palabras sobraban, aunque necesitaba escribirlas. Pero si echáis un vistazo a las magníficas fotos que nos han regalado Manuel Parada y José Aragunde y os parais con detenimiento a observar los rostros de músicos y espectadores os daréis cuenta de que lo vivido esa noche fué algo especial.

Solo puedo añadir que haber formado parte de esto y estar entre esas 150 almas que presenciaron y vivieron esta noche me hace sentir único.

El Rock Soul Fest continuará...

Salúd y ¡Rock & Soul & Things!




*Fotos a color en la crónica by Manuel Parada, en blanco y negro by José Aragunde


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