Tras un par de ocasiones frustradas, por fin pudimos disfrutar de The Fuzztones en La Iguana Club, una sala que estoy seguro que quien en alguna ocasión haya estado allí sabe que este momento tenía que llegar, pues sobre las escaleras que te llevan al escenario reinan dos Phantom Vox cruzadas bajo una calavera... ¿Os suena de algo esa imagen?
Los momentos previos al bolo eran de nervios y expectación, esa sensación que tienes cuando sabes que vas a ver algo que te quedará grabado en la retina para siempre, y por supuesto no defraudaron y nos dieron una noche épica de rock garagero de mucho quilates.
Pasadas las 22:30h saltaba la banda al escenario para interpretar su habitual "Blues Theme", un tema instrumental que tocan para abrir sin Rudi Protrudi todavía sobre las tablas. Para "1-2-5" aparecía ante nuestros ojos el lider de la banda neoyorquina, que sin guitarra en sus manos se dedicó a dejarse la voz y a tocar la armónica dejándonos a todos impresionados con su energía tras más de treinta años pateandose las salas y los festivales de medio mundo.
Por su parte Marco Rivagli montaba su particular show al fondo en la batería tocando sentado sobre el tambor, algo que según avanzaba el concierto fue evolucionando en tocar de pie sobre el taburete, de espaldas frente a los platillos o incluso tumbado en el suelo... ¡Puro espectáculo!
El bolo continuaba con potencia: "Bad News Travel Fast", "Action Speaks Louder Than Words", "Hurt On Hold" y "Ward 81" cerraban lo que se podría definirse como el sopapo inicial de los Fuzztones a La Iguana.
A partir de ahí comenzarían a sonar algunos de sus temas mas recientes, aunque de su último trabajo "Preaching To The Perverted" solo tocaron "Don't Speak Ill of the Dead", si que se calleron bastantes del "Horny Is a Hell" y el "Salt For Zombies", del que nos regalaron la apoteósica "Black Lightning Light", en la que la psicodelia se apoderó de todos nosotros durante casi diez minutos.
Por supuesto no podían irse sin enloquecer a la gente con la mítica "Strychnine", que acabó por sonar en los bises y en la que toda la sala, jovenes y no tan jovenes, brincaron como si no hubiese un mañana.
La banda que acompaña durante la gira a Rudi es brutal. Si antes os hablábamos del espectacular Marco en la batería, no se quedaron atrás el joven bajista David Thorpe con su bajo Phantom Vox (por supuesto), ni Vinny a la guitarra (aunque evidentemente tenía que ceder el protagonismo a Rudi). Nico Secondini por su parte se merece mención especial supliendo con nota en los teclados a Lana Loveland que acaba de ser mama.
En resumen, los viejos rockeros nunca mueren, y The Fuzztones están muy vivos. Dieron una lección de rock garagero con actitud y mucha personalidad sobre el escenario, y ahora que puedo decir que los vi en directo cambiaré el discurso de tengo que verlos ya por el de tengo que volver a verlos en directo... ¡Que vuelvan pronto!
Salud y ¡Rock & Soul & Things!
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